El oficio de hacer canciones no es competencia ni debería saber de podios. El nuevo disco de los argentinos no oculta referencias ni trata de superar a nadie más que a la propia inquietud artística, engrosando con creces una discografía brillante por su construcción y honestidad. En esta era sintética y exprés, la tradición es vanguardia y vandalismo.
La esencia del indie sudamericano celebra con este regreso, un disco que es como una cápsula de tiempo, un rincón protegido de tendencias e impostaciones, un hogar que no deja de abrir habitaciones con olor que ya conocemos y queremos. 107 Faunos estrenó su séptimo LP, Vandalismo Comparado, con el que siguen ampliando un repertorio único y especial.
Sin el ánimo de un crecimiento pretencioso en altura, los de Laptra –además de Primavera Labels– vuelven a regalar una carta de genuina genialidad indie, de esas que no son intentos de inventar ruedas ni superar entregas pasadas. Vandalismo Comparado es un álbum tan 107 Faunos como queríamos esperar, canciones hermanas de sus historias pasadas, multiversos en formato tracks en los que los oriundos de La Plata mantienen la esencia lúdica del día a día contextual, también de esos loops modernos conocidos como noches en la ciudad.
Vandalismo Comparado tiene ese espíritu independiente de no tranzar al paso del tiempo, de usarlo como fortaleza para la experiencia, manteniendo encendida esa inquietud de seguir armando y expandiendo el gran tejido que se han montado con lo más selecto de la escena del siglo XX y XXI.
“Un collage policromático y honesto”, dicen sobre este retrato de ocho canciones que es hábito de su país, fuego de lo colectivo, angustia social de décadas pasadas y presentes que corren, urgencia del indie noventero, amigos que ya se sienten como casa –como es el caso de Jota de Los Planetas en ‘Aeronostalgia’ o Niño Elefante de El Mató a un Policía Motorizado en ‘Café’–, y guías inocultables como Guided By Voices y Pavement.
El universo 107 Faunos vuelve a abrir sus puertas; el tesoro que se pensó que nadie quería nos montó en un tren fantasma, maduró dulce y atacó suave. Ahora se expande en vandalismo de frustraciones identificables, camas en el living, las horas que hay entre diciembre y marzo, los paseos en la peatonal, las metáforas muertas y las cosas que hicimos y perdimos.
Vandalismo Comparado es recorrer una edificación firme, que sorprende sin esfuerzo, mostrando sombras y destellos que siempre estuvieron allí, pero que ahora vemos y escuchamos desde nuevas perspectivas y atenciones. Otro punto alto en una discografía que desde la simpleza, la broma, las referencias y la modestia, mantiene vivo a un sentir indie que no necesita replantear su identidad para subirse a tendencias que no le van.