Boston. Tres adolescentes se despiden con un abrazo, a la salida del Berklee College of Music. Una mujer observa el gesto afectivo, saca su teléfono móvil y fotografía a los alumnos. Uno de ellos se percata y se acerca a ella.
Semanas después, la desconocida graba y produce el primer trabajo del joven.
¿Realidad o ficción? Aunque parezca un argumento sacado de cualquier subproducto del Disney Channel, si la mujer en cuestión es Amanda Palmer todo es posible.
Ésa es la historia de Tristan Allen, un pianista de diecisiete años que tuvo el valor de acercarse a su ídola e invitarle a escuchar sus composiciones. El resultado es este maravilloso EP homónimo. Cinco temas en los que el virtuoso músico demuestra su valía ante su instrumento sin ningún tipo de compañía (únicamente la propia Amanda, quien colabora en el último corte, ‘János vs. Wonderland’).
La desvergüenza y emotividad que Allen profesa, a lo largo de este EP (especialmente en la opertura, ‘Set In Motion’), hace que recordemos las minimalistas composiciones del genial Philip Glass sin ningún tipo de sonrojo. Tristan Allen EP es la confirmación de Amanda Palmer como marca de calidad.