Música trascendental, con intención. A veces oscura, como en los pasajes más hipnóticos y espaciales de Pink Floyd, muy alegre y liviana, o completamente rockera y desenfrenada como The Who en los 70. The Soundtrack of Our Lives, una banda atemporal que merece su nombre. Diez bandas en una. Quizás más. Estos suecos conocen muy bien el negocio más allá de lo comercial y se toman su tiempo para producir siempre algo realmente bueno y sorprendente, a pesar de ya no haber sido una banda de repercusión mundial en la historia del rock que nos cuenta NME, Rolling Stone, Q, etc.
Según Allmusic, “Communion”, el quinto disco de TSOOL es, a primera vista, una locura; pretencioso por decirlo menos. Un disco doble que la misma banda produjo y completa 90 minutos; más que “Quadrophenia” (The Who – 1973) o “The Wall” (Pink Floyd – 1979).
El álbum consta de 24 canciones, 12 por disco, bajo una línea conceptual que abarca lo trascendental, la cultura de masas y la búsqueda de esperanza en medio de la locura. Cada canción representa una hora del día pero a pesar del concepto, son totalmente independientes. La portada y el arte del disco también siguen la línea. Fotografías sacadas de agencias publicitarias que idealizan la felicidad, el progreso y la tecnología como algo absoluto y plástico.
“Babel On” es el puntapié inicial, marchando golpe tras golpe en una entrada gloriosa y metafísica "We’re here finalize/the friction of your rise/the twisting of your tongue/together with the sun/The language that we speak/Was spread out to complete/And communicate as one/So turn the towers of Babel on….So come on!".
“Universal Stalker”, la combustible “RA88” y la celestial “Second Life Replay”, son la historia de la banda. Oscuridad en contraposición al rock más desenfrenado. Potencia que siempre ha existido en TSOOL. Algo que le da sentido y forma a cada frase y cada nota de Ian Person y Mattias Bärjed (guitarras) Martin Hederos (teclados) Kalle Gustafsson (bajo) Fredrik Sandsten (batería) y Ebbot Lundberg (voz).
Quizás la canción más definitiva de esta nueva etapa es “The Ego Delusion”. Sonido único, futurista, espacial, y aún así actual.
Hay una pausa en la mitad del disco con la pegajosa “Thrill Me”, seguida del cover de Nick Drake “Fly” y “Pictures of Youth”. Completan el primer disco “Mensas Maruders”, “Just a Brother” y la rockera “Distorted Child” que recuerda a Union Carbide Productions (Banda punk de los 80 también liderada por Lundberg).
La tranquilidad y aceptación de “Everything Bautiful must Die” abre un disco dos más meditado, que cumple con el sentido conceptual y parece ser a todas luces para después del medio día”. Luego la oscura “The Fan who wasn’t there” y “flipside” el single que ya tiene video y que ha de ser la canción más tranquila y radial del disco. “Lost Prophets in Vain” y “Songs of The Ocean” son la fuerza en la mitad del disco.
Con “Reconnecting The Dots”, “Without Warning”, “Utopia” -experimental e hipnótica- y “Saturation Wanderers” empieza el atardecer. Y para las dos últimas horas del día, la dulce y enamorada “Lifeline” y la convicción espiritual de “The Passover” arman un solo final. Tenue, amable, esperanzador. Para ir a dormir feliz.
Larga espera desde "Origin Vol.1" (2004), sin contar la compilación "A Present from The Past" (2005), pero valió la pena, absolutamente. En definitiva, si te gusta The Who, Pink Floyd, Rolling Stones o Love, debes, sí o sí, darle una oportunidad tanto a “Communion” como al resto de la discografía de TSOOL.