De vuelta al año 2002, de vuelta al inicio de este viaje. De vuelta al momento en que toda una camada de bandas chilenas se juntaron y se hicieron fuertes entre sí. En parte, claro, por esa unión, pero sobre todo por toda una serie de personalidades y convicciones tremendas. Un micro-fenómeno, bautizado incluso. Un nombre que tiene perfecto sentido, y que aparece en el booklet de éste, el primer disco de The Ganjas.
Pasa algo curioso con las melodías de este cuarteto: son completamente inconfundibles dentro del universo musical de nuestro país. Puede que haya decenas de otros músicos que hablen sobre rock y drogas, y otros tantos que usen los mismos efectos de guitarra, o similares aproximaciones atmosféricas. Pero nadie más suena así hoy. Son únicos dentro de su generación (de hecho, para encontrar algo así es necesario viajar varias décadas hacia atrás), y ésa es una de las razones por las cuales The Ganjas, para muchos, es una banda de culto.
Y es que, en realidad, sobran razones para hacerse adicto. La franqueza desprejuiciada de Aldo, Pape, Sam y Luife, que no les impidió poner hojas de marihuana en la portada de su primer álbum, ni escribirle una canción a su musa (la clásica ‘Rock de la Ganja’). El tributo evidente a los trasandinos de Pescado Rabioso que es ‘Pelusón’, quizás el mejor corte de este trabajo. El hecho de que la duración de sus temas vaya de los cuatro a los quince minutos. La mezcla del rock con la (neo)sicodelia, el dub y el reggae.
Que no quepa duda, éste es el primer capítulo dentro de una tremenda discografía. El primer paso en serio en la historia de una agrupación extraordinaria. Siete temas y una hora, prácticamente, de canciones hipnóticas y guitarras que saben lo que hacen. De principio a fin, en perfecta armonía con aquel nombre que aparece entre los créditos del booklet, el título que tan bien agrupa a todo este conglomerado de activistas del sonido: La Revolución del Rockanroll.
www.myspace.com/theganjas
www.portaldisc.com/disco.php?id=2858
Video: The Ganjas – Darkside