Dos días: 18 y 19 de enero. El mismo show. En el Estadio Nacional. La promesa de NoiX de vivir “el sueño juntos” sonó abismal, desde el anuncio del SMTOWN Special Stage de Santiago. Chile era el primer país de Latinoamérica en recibir uno de los shows de K-Pop más importantes del mundo, de la mano de SM Entertainment, una de las disqueras con más renombre en Corea del Sur.
La ambición y el salto de fe realizado por la productora era evidente: tras años acostumbrados al Movistar Arena (un lugar que llenaron fácilmente en más de una ocasión con artistas como BTS, MONSTA X, GOT7, Super Junior, SEVENTEEN, entre otros), este era el paso a la consolidación, con un Estadio Nacional más que desafiante, pero al mismo tiempo, algo natural para la larga trayectoria de NoiX produciendo este tipo de eventos. No obstante, los pasos en falso y una tensión constante entre parte del público y la productora fueron saliendo a la luz. Problemas con la membresía “Dreamers”, entradas numeradas y sin recargo para quienes no tenían este beneficio, un protocolo débil para el recibimiento de los artistas en el aeropuerto de Santiago, cambios de precio a última hora e incluso sectores políticos sorteando entradas u ofreciendo descuentos fueron parte de la previa.
Pero vayamos al espectáculo: BoA, Hyoyeon y Yuri de Girls’ Generation, Key y Taemin de SHINee, Amber del grupo f(x), Red Velvet, Super Junior, EXO, NCT DREAM y NCT 127 fueron el flamante cartel que SM traía a Chile. A eso de las siete de la tarde, el dj set de Hyoyeon fue la previa del espectáculo, que comenzó con la boyband NCT DREAM.
Del desempeño de los artistas no se puede decir mucho: con el profesionalismo, entrega y esfuerzo que caracteriza a grupos y cantantes que ponen la disciplina por sobre cualquier otra cosa, el desplante fue la recompensa a tantas otras frustraciones.
Si puedo destacar algo, es a las mujeres del espectáculo. BoA, Red Velvet y Hyoyeon presentaron un show donde incluso fueron apoyadas por otros miembros de la compañía o colaboraron en canciones con ellos: BoA con Taemin de SHINee y con Taeyong de NCT, Red Velvet con un dueto entre sus integrantes Seulgi e Irene en un cover a Ariana Grande (‘Greedy’), y Super Junior, que llevó a Irene a colaborar en su hit ‘Lo Siento’.
Gracias a la coordinación de NoiX con la prensa, que incluyó dos cambios de locación, un par de filas y varios minutos de espera en la carpa de medios, no puedo decir nada de Yuri de Girls’ Generation ni de Amber de f(x), dos solistas enormemente esperadas ¿La razón? Me perdí por completo ambas presentaciones mientras esperábamos irnos del área de discapacitados a Andes, para “impedir” que la prensa gráfica tomara más imágenes del show. Y la verdad, no sé si el objetivo se logró por completo: mientras observaba a Taemin, Key, NCT 127, Red Velvet, EXO y el inicio de Super Junior, pude ser testigo de “prensa” grabando el show en su totalidad con un selfie stick, gritando desaforadamente “te amo” a uno de los miembros de EXO, incluso cuando se advirtió expresamente desde NoiX que no íbamos como fans, sino como prensa y hasta estuvieron a punto ser vetados, a pedido de SM.
Volviendo a la música, uno de los puntos altos del SMTOWN fueron los shows esperados por años: EXO, uno de los grupos más famosos en Corea del Sur y con una gran fanaticada en Chile, encendió los ánimos con sus mejores hits, excelentes coreografías y un gran talento. Red Velvet, uno de los grupos femeninos con más prestigio en el K-Pop, demostraron que no por nada tienen esta fama: Seulgi, Joy, Irene, Wendy y Yeri interpretaron gran parte de su catálogo. El problema es que, para todos los artistas que participan de este festival, cinco horas de música parecen quedar demasiado cortas para todo lo que pueden ofrecer: dos canciones de Taemin (SHINee), dos de Key (SHINee), una de Yesung (Super Junior), tres de Super Junior D&E, y así podríamos seguir. Dejó ineludiblemente gusto a poco en quienes esperan más de los idols, considerando el enorme trabajo solista de algunos de ellos. Pero una cosa por otra: la oportunidad de ver canciones exclusivas y duetos propios del SMTOWN es toda una experiencia.
Para mi desgracia, también me perdí parte del show de Super Junior por el cambio de locación que señalé antes. De lo que pude ver, solo se puede decir que el grupo, como hemos visto, está enormemente apegado al público chileno y su soltura y confianza en los escenarios nacionales solo ha crecido con el tiempo. Con incluso un temblor que probablemente ni siquiera sintieron y el líder Leeteuk saliendo de un problema estomacal, los integrantes bromearon con los fanáticos y entregaron parte de sus mejores canciones.
Una de las revelaciones de SM en los últimos años es el grupo NCT que consta de tres subunidades, y dos de ellas se presentaron en Chile: NCT DREAM y NCT 127. El Nacional se tiñó del verde limón de los lightsticks del grupo, que probablemente quedó sorprendido ante el enorme fandom que poseen en Chile. Hablando de lightsticks, no hay que olvidar que el apoyo hacia los más veteranos Taemin, Key y Super Junior también hizo que los colores verde agua y azul se tomaran el público, a la espera de que los solistas de SHINee se presenten con su discografía en Chile pronto.
Asistieron entre 15 y 20 mil personas, respectivamente, durante el 18 y 19 de enero en el Nacional: el balance, más allá de los números, deja un gusto agridulce. Los errores de Noix fueron diversos, desde no tramitar el permiso para todos los trabajadores surcoreanos que venían al SMTOWN, hasta los mencionados antes en este texto e incluso la cancelación de una conferencia de prensa en un centro comercial de Plaza Egaña, por la cantidad de gente que estaba haciendo lo imposible por tener a sus idols cerca. Las razones fueron la seguridad de los artistas y la dificultad para desocupar el piso donde se realizaría el punto que estaba destinado a los medios y que, por razones más que reprochables, fue hecho en un lugar de acceso público. Si los fanáticos del K-Pop a nivel global se quejan por las llamadas “sasaengs” o fanáticas obsesivas, el no dejar a periodistas hacer su trabajo solo por estar más cerca de los artistas parece ser más bien una prédica, como dirían por ahí, del padre Gatica.
Si bien hay que valorar el gran salto adelante que dio NoiX al llegar lograr un acuerdo con un grande de la industria como SM, en este país quedan muchas lecciones por aprender y un concepto por dejar atrás: el hacer las cosas a la chilena. Con prensa que fluctuó entre el fanatismo absurdo y el prejuicio (y la flojera de googlear quién es quién, incluso) y una productora emblemática que se cayó en cosas que parecían aprendizajes alcanzados, no sabría decir si Chile se consolidó como la capital del K-Pop, ni tampoco qué es lo que se vendrá en el futuro en cuanto a acuerdos y nuevos (y mejores) conciertos. Aunque como era de esperar, fueron los coreanos los que salvaron la fiesta, y que a la larga, dejaron felices al final a los fans, que era lo más importante. Podríamos decir que a pesar de todo, sí, fue real: vivimos el sueño juntos.