Now Reading
Slowdive: La modestia de aceptar la adversidad

Slowdive: La modestia de aceptar la adversidad

Un concierto atmosférico, que en lugar de resentir la falta de Rachel Goswell en voz, dio la oportunidad de sacar a relucir las virtudes ambientales de los líderes del shoegaze. Con participación de especial del público mediante aplausos y cantos, asistimos a un particular encuentro en el que la banda y la audiencia se observaron y complementaron.


Hace unos días, horas antes de su show en Primavera na Cidade, Slowdive anunció por redes sociales que Rachel Goswell no cantaría. La vocalista había sido diagnosticada con una infección respiratoria y la indicación de los doctores fue guardar reposo. Sin embargo, la banda decidió no cancelar sus compromisos y presentarse a las dos fechas del Primavera Sound São Paulo 2023 con Rachel en el escenario, pero las voces a cargo de Neil Halstead.

Si alguien tenía la esperanza de que se recuperara para el concierto de anoche en Teatro Coliseo, sus ilusiones fueron rápidamente desechadas en el momento en que una persona de producción salió a escena para leer una nota donde el grupo comunicaba el estado de salud de la cantante y pedía disculpas por su ausencia al micrófono.

El anuncio no causó un impacto negativo en el público, que por el contrario se mostró acogedor, recibiendo a los integrantes con aplausos y gritando el nombre de Rachel en señal de apoyo. Después de todo y en el formato que sea, siempre va a ser un gusto tenerles de regreso. Quedará para otra oportunidad escuchar con su voz las canciones de everything is alive, el álbum que lanzaron hace un par de meses y que era la novedad de este repertorio.

Pero esto mismo hace que esta presentación sea tan especial, en toda la historia de la banda no había pasado algo así y la decisión de tocar igual hizo relucir el lado más ambiental, post-rock del dream pop shogazero de Slowdive. Un concierto sumamente atmosférico, que invitaba a viajar y perderse entre las capas de sonido, las visuales evocadoras de la época dorada de Winamp y los haces de luz que envolvían de ensueño al recinto.

Con un setlist para el disfrute de toda la audiencia, convocaron a las distintas generaciones de oyentes con sus temas legendarios, el material más reciente y los nuevos clásicos. El show empezó con ‘shanty’ y ‘Star Roving’, que Rachel acompañó con gestos y algunas palabras en lengua de señas, mientras alentaba al público a cantar por ella. Al llegar a ‘Souvlaki Space Station’, las palmas reemplazaron las partes de la voz, gesto de aliento que se repitió durante todo el concierto. Y en temas como ‘Sugar for the Pill’, ‘kisses’ y ‘Alison’ los espectadores se convirtieron en parte del grupo al tomar el rol de vocalistas y acompañar con su canto la interpretación de los músicos. La velada terminó con dos canciones de ‘Souvlaki’, una conmovedora versión de ‘Dagger’ y ‘40 Days’ que fue la misma con que cerraron su debut en Chile el 2017.

En general, fue una noche curiosa. No es lo típico de la escena shoegaze que las bandas presten demasiada atención al público, pero en este caso se sentía, y principalmente de parte de Rachel. Ese estar ahí, presente, observando y dedicando miradas con sonrisas sencillas a las personas que se encontraban en el teatro.

Queda claro después de esta presentación el cariño y aprecio que le tienen a Slowdive en este territorio, no sólo por las demostraciones de afecto durante el concierto o el hecho de que las entradas para la fecha se hayan agotado, sino por ese apañe que se presta durante una situación adversa. Y es algo a destacar, la consideración por el otro y en este caso, las personas detrás del proyecto. Reconociéndonos como seres que existen más allá de las exigencias de productividad y rendimiento que nos busca imponer la sociedad.

Todas las fotos por @casimaria