Si uno pudiera definir la música de Román y Castro, podría hacerlo como música de club o para gente pegada. Bailar sus canciones significa entrar en un trance del que sólo se sale una vez que los CDJs se apagan, sin embargo es difícil dejar de repetir ‘Bueno ya’ o ‘Latina heroína’ en nuestras cabezas cuando esto ocurre, porque su música, como un chicle seco en nuestro pelo, sigue pegada ahí.
Lo que vimos en el Movistar Arena fue ese tipo de trance, y a pesar de que a Sebastián Román y Nicolás Castro fueron los encargados de abrir los fuegos en el Movistar Arena, algo que obviamente puede ser dañino para la experiencia de los artistas en el festival, sorprendió la enorme cantidad de gente que bailaron al ritmo de sus melodías. La masa bailaba en la cancha, mientras en galería observaban atentos cómo el dúo nacional pinchaba sus mejores composiciones en una atmósfera que recién comenzaba a calentarse, pero que ya adelantaba una muy buena sinergia entre músicos y público, a pesar de no existir una mayor comunicación entre estas dos partes.
Una de las cosas que más llamaron la atención es que, por lo general, aquellas personas que asisten a Club Mamba o a las jornadas de Plácido Domingo (instancias en donde se pincha el house chilensis) suelen ser gente que supera los 20 años y que bordea -o supera- los 30. Acá el público apuntaba a un rango etario mucho menor, por lo que fácilmente podíamos distinguir a quinceañeros moviendo sus cuerpos como si el mundo se fuera a acabar, sacándose las poleras y transpirando en pequeños intentos de “mosh”, que resultaban ser mucho más amables que los que vimos en Rancid o Metallica, por ejemplo.
De cualquier manera, el show de Román y Castro, fuera de su público, el ambiente y el brillante sonido que siempre nos ofrece el Movistar Arena (porque en realidad sonaron como deberían sonar siempre), fue una presentación que nos dejó claro que, si bien no son los músicos más conocidos de nuestro país, fácilmente podrían tocar en lugares un poco más grandes que Mamba y salir airosos de aquella experiencia.
El show terminó con su hit ‘Latina Heroína’, uno de los sencillos que más nos hace mover el cuerpo dentro de todos los singles que han lanzado en sus casi cinco años de carrera musical, y la verdad es que eso fue exactamente lo mismo que vimos la primera jornada de Lollapalooza Chile. Dos héroes latinos que, a pesar de abrir una presentación para el público B del festival (esos que no se mueven del escenario electrónico), lo dieron todo en el escenario y salieron victoriosos de aquello. Todos lo notamos. Todos lo agradecemos.
Fotos* Maira Troncoso