Había una vez, hace tres años, un netlabel chileno llamado Pandakill. Además de Nueva Orleáns (el proyecto solista de Milton Mahan de Dënver), el sello incluía a Caramelitus, dúo formado por Camila Moreno -antes del disco solista– y Tomás Preuss. Y aunque la disquera nunca prosperó, alcanzó a compartir material de la pareja en su hoy inexistente sitio web oficial. Esas canciones, de atmósferas electrónicas y sobrecogedoras, fueron los primeros bocados de las facultades que ambos músicos, en caminos bifurcados, demostrarían en el tiempo.
Luego del fallido paso por la etiqueta digital, la contraparte masculina del tándem tomó el micrófono para editar en 2009 un casero EP como cantautor, titulado “Las llamas que incendiaron mi casa”. Secuenciado, aunque con menos énfasis etéreo, el material daba atisbos sobre la desenvoltura con la que el músico podía transmitir vulnerabilidad mediante sus composiciones y su voz frágil. A su vez, el minidisco sentó otro precedente sobre lo que vendría luego, especialmente con el tema ‘La Historia Violenta’, que ahora en una versión distinta (rebautizada ‘Una Nueva Historia Violenta’) es la carta de presentación de Tomás Preuss y su último proyecto.
“La Orquesta Ocúlta”, el debut de Prehistöricos, nació de la asociación del compositor y cantante con Jessica Romo. Una vuelta de tuerca al esquema de su dúo anterior, Caramelitus, en la que ahora el protagonismo le pertenece a él y no a ella, y las máquinas quedan guardadas hasta próximo aviso para darle aire a la guitarra acústica. Liberado en octubre pasado, el disco ha sido vitoreado a rabiar por páginas que cubren indie latinoamericano; algunas lo encumbraron entre lo más granado de 2010 y otras compararon el trabajo de los nacionales con Sigur Rós, debido a la aflicción que inunda sus diez cortes.
Prehistöricos habla de amor en todas las canciones de su ópera prima. Nada especial, si no fuese por la rápida empatía que provocan las letras del álbum, siempre diáfanas y casi pueriles, al igual que la instrumentación sin aspavientos que las acompaña. “Me aburrí de ti, de tu dulce secreto, de tu truco de sonreír”, entona Tomás Preuss en “Ya no te espero”, como si fuese la primera vez que alguien dice eso en un tema y con una convicción tan profunda que resulta contagiosa. Un fenómeno que se repite sistemáticamente a lo largo de la placa, hasta empapar de turbadora melancolía el ambiente. Dejar fuera del alcance de hipersensibles.
Puedes bajar gratis “La Orquesta Ocúlta” de Prehistöricos desde este enlace