Usualmente, Yajaira es etiquetado como un grupo stoner. Es cierto, hay similitudes con bandas como Kyuss, Nebula y Monster Magnet, entre ellas la influencia del rock and roll de los años 70, en particular de Black Sabbath, y las referencias a la cultura psicodélica. Sin embargo, la banda ha forjado un sonido propio, que ha ido madurando desde que se formaron en Santiago, en 1995. Lo dejan claro las nueve canciones de su nuevo disco, Post Tenebras Lux (Algo Records).
‘Fin de los tiempos modernos’ es el primer tema de Post Tenebras Lux, un acelerado rock and roll, que de entrada nos muestra que Yajaira no ha decaído con los años; al contrario, está en un gran momento. Junto a ‘Fin de los tiempos modernos’, ‘Ojos sin expresión’ es la canción más rocanrolera. Ponen un equilibrio, temas más lentos, oscuros y pesados, como ‘Escombros’, ‘Hijos de la noche’ y ‘Lejos del sol’. El aspecto sombrío de estas canciones —y en general del disco— se percibe en las letras. Más que narraciones, las místicas letras de Comegato crean imágenes apocalípticas, relativas a un mundo perdido.
El sello de Yajaira son sus raíces diversas. Sus canciones, por lo tanto, suelen sorprender y tomar distintos rumbos. Temas pesados, pueden cambiar, extenderse y volverse etéreos (o viceversa). Es el caso de ‘Atormentándonos’, ‘Serpientes de papel’ y, en particular, ‘Estallando’, que a mitad de camino disminuye su ritmo y despega, gracias a la guitarra con reverberación de Samuel Maquieira.
La canción ‘Post Tenebras Lux’, que da nombre al disco, es la última pista. Es un tema instrumental, que parece ser producto de una improvisación. Muestra a la banda inspirada y afiatada. Es, precisamente, una canción luminosa, para salir de las penumbras y acercarse al sol.
La atmósfera lisérgica, de ritual o viaje cósmico, es constante en Post Tenebras Lux (y en la carrera de Yajaira, podríamos decir). Se intuye desde la portada del disco: vemos a un chamán que, gracias algo que fuma, abre su tercer ojo y se conecta con el universo. El humo, se extiende más allá de la portada del disco, como intentando alcanzar y rodear al auditor.
Que sea un chamán el protagonista de la portada, nos dice algo más sobre esta banda. Yajaira parece estar interesada en hacer guiños a su origen latinoamericano, marcando su lugar en la escena stoner internacional. Las letras son exclusivamente en español y en su discografía han grabado covers de los grupos argentinos Orion’s Beethoven, Spinetta y Pappo.
En el año 2005, después de cumplir 10 años y 4 discos (homónimo, Lento y real, La ira de Dios y Desolación) Yajaira se tomó una pausa y volvió el 2010 con fuerzas renovadas. Precedieron a Post Tenebras Lux, el disco Vuelve a arder (2012) y el EP Antiguos demonios (2014). La agrupación actual es un trío, compuesto por Miguel Ángel Montenegro (Comegato), en bajo y voz; Samuel Maquieira, en guitarra; y Christian MacDonald (Pin Pon) en batería. Todos ellos músicos con experiencia en bandas de rock y metal. Montenegro en Necrosis, Supersordo y Electrozombies; Maquieira en The Ganjas y Wild Parade; MacDonald en Hielo Negro.
Vale la pena detenerse en el productor. Además de Pablo Giadach, contribuyó en la grabación, producción y masterización de Post Tenebras Lux, el norteamericano Jack Endino, mismo productor del primer disco de Nirvana, Bleach (1989); primer EP de Soundgarden, Screaming Life (1987); y el primer disco de Mudhoney, homónimo (1989). Todas bandas cercanas a Yajaira. La extensa lista de producción de Endino —que ha colaborado con otras bandas chilenas— sigue en los noventa, entre otros, con Empty bottles, broken hearts (1998), de Murder City Devils, y To the center (1999), de Nebula.
Yajaira, en Post Tenebras Lux, profundiza su sonido de atmósferas lisérgicas —que mezcla metal, rock and roll y sicodelia— y el ritual, comenzado hace 22 años, persevera.
Acá el nuevo disco de Yajaira:
Foto: Madhouse