Reseñas
¿Qué pasa cuando una banda que podría considerarse alternativa alcanza la masividad total? ¿Qué pasa con su hambre, con su esencia? ¿Cambia o se mantiene? En el caso de Arcade Fire, la respuesta es una combinación de ambas. Y es que al haber alcanzado el status de cabeza de cartel, los canadienses tenían la libertad de hacer lo que quisieran (como ha demostrado tanto la campaña previa a este elepé como su promoción). Eso es “Reflektor”: el disco doble que querían hacer. Un trabajo que muestra a las claras su nueva categoría de “grande”, a costa de su urgencia.
Ellie Goulding proviene de esa camada de solistas mujeres inglesas en la que se encuentran Polly Scattergood, Laura Marling, Kate Nash e incluso Lily Allen (aunque todas siguieron un camino propio desde el folk, el pop y la electrónica). Dentro de esa generación, es -quizás- la que ha tenido más éxito mediático pero, a la vez, la que se debe más a sí misma en términos artísticos. Tanto sus discos como su show en vivo muestran coherencia, calidad y preparación, pero desde sus inicios siempre se esperó más.
Una de las características de la llegada a nuestro país de Lollapalooza ha sido el constante cruce de generaciones. Sin embargo, este fenómeno se ha visto de la mano de espectáculos de artistas extranjeros y en escenarios principales. Pero hubo una excepción a esa regla en el episodio que ocurrió la tarde del sábado en el alejado Paris Stage para la presentación de los locales Upa!.
Jake Bugg es el nombre a recordar luego de la jornada del sábado. Precedido por un éxito meteórico en Gran Bretaña y el resto del mundo, el inglés de tan sólo 20 años ha sido catalogado como el nuevo Bob Dylan de estos tiempos y ha cosechado elogios a lo largo del globo. El músico ya había demostrado de lo que está hecho en el Sideshow que dio antes de su presentación en el PlayStation Stage. Los casi 600 espectadores en esa velada lo habían confirmado, pero ahora era el turno de ratificarlo.
Si bien no era uno de los actos principales, los estadounidenses Imagine Dragons llegaron a Lollapalooza Chile 2014 con el cartel de haber sido catalogados como una revelación, una de las mejores bandas del 2013, por medios como Rolling Stone o Billboard. Y cumplieron con esa expectativa cuando salieron al Claro Stage a las 16:45 hrs. y fueron recibidos entre gritos y aplausos por un buen marco de público.
El reloj marcaba casi las 16:00 hrs. de la calurosa tarde de sábado y sobre el Coca Cola Stage, ante un gran marco de público, hacía su aparición Cage the Elephant. El quinteto estadounidense regresaba a nuestro país para presentarse con un mayor rodaje y, también, aprovechar la oportunidad para sacudirse el recuerdo de su discreta actuación en el mismo festival, dos años antes. Algo que lograron, pero no de manera sobresaliente sino que sólo de forma correcta.
Eran las 15:30 hrs. y el sol brillaba en lo alto. Poco a poco, en el PlayStation Stage se empezó a acumular el público expectante de la presentación de Capital Cities. La afluencia llegó a tal cantidad que muchos se preguntaron en voz alta por qué este show no había sido programado en uno de los escenarios principales de Lollapalooza Chile 2014.
Los mexicanos Café Tacvba llegaron a Lollapalooza Chile 2014 y transformaron el Claro Stage en una fiesta de hits durante una hora de presentación. El cuarteto siempre ha sido una carta segura de buenos shows que logran entusiasmar al asistente a sumarse al baile, y esta vez no fue la excepción.
La inclusión de artistas chilenos a la parrilla de la versión local de Lollapalooza da para todos los gustos: desde bandas de reconocida trayectoria hasta conjuntos que comienzan a pavimentar su camino. Cuando eran las 13:50 hrs., y con cinco minutros de atraso, una de las agrupaciones más consolidadas de nuestra escena salía a dar fe de sus dos décadas en el ruedo. Su formación: Claudio Valenzuela, Cote Foncea, Eduardo Caces y Marcelo Muñoz, bajista de la formación original del conjunto.
El Teatro La Cúpula apagó sus luces y de las pantallas salió el nombre: Hordatoj. Ésa fue la señal que marcó su ingreso, vestido de negro y con jockey del mismo color. El MC de inmediato empezó a lanzar rimas como dardos, impactando al público del Paris Stage y elevando los ánimos a esa hora de la tarde.
Mientras poco a poco el Parque O’Higgins recibía a sus asistentes, Prefiero Fernández abría el Paris Stage (Teatro La Cúpula) ante alrededor de 400 personas. El cuarteto, uniformado de pantalón gris y camisa floreada, era el segundo acto de todo el evento en salir a escena y comenzó su show con ‘Kilómetros’, single de su más reciente álbum.
Lo que pasó este viernes en el Sideshow de Pixies fue una metáfora perfecta de la industria de la música actual, en diferentes niveles. En primer lugar, el Teatro La Cúpula estaba lleno e invadido por nostalgia noventera, concepto tan popular por estos días y que ha terminado por convertirse en la gallina de los huevos de oro ¿Por qué? Simple: el poder adquisitivo actual está en manos de quienes crecieron en aquella década, y su decisión es invertirlo en consumir todo lo que apunte a revivir su época más feliz.
Aquellos familiarizados con Capital Cities saben que en el escenario son una mezcla inagotable de diversión y energía. Antes de que subieran al del Sala Ómnium anoche se pudo disfrutar de la propuesta de DJ Valderrama, y la emoción en el público estaba latente; los presentes miraban la hora, miraban al escenario, volvían a mirar la hora. La evidencia en video de shows previos mostraba no sólo que Ryan Merchant y Sebu Simonian logran conectarse con el público, sino que también toda la banda participa dentro de su gran fiesta. Y esta vez no fue la excepción.
No es una exageración el decir que el cantautor británico Jake Bugg, de tan sólo 20 años, va en camino a ser el nuevo Nick Drake o el próximo Bob Dylan, con sonido más moderno y fresco. Lo anterior sirve de resumen de lo que se pudo presenciar y percibir en su presentación en el Club Subterráneo como parte de los Sideshows de Lollapalooza Chile 2014, antesala a su participación en dicho festival.
La cita de este viernes prometía tener al frontman estadounidense en una instancia semi-íntima donde estaría presentando nuevos temas y repasaría su disco solista, canciones de The Strokes y su colaboración con Daft Punk. Todo esto, en un lugar histórico y de lujo: era para comprar sin pensarlo. Los erráticos clips filmados en vivo que aparecieron durante los días previos dejaban algunas dudas; sin embargo, el peso del artista pudo más y logró ser el primer Sideshow de Lollapalooza Chile 2014 en agotar sus entradas.
Años atrás, Black Francis encontró a Kim Deal publicando en los avisos clasificados que necesitaba una bajista. Y no hace tanto, Ryan Merchant fue quien, utilizando Craigslist (página web donde la gente busca y ofrece servicios), encontró al productor Sebu Simonian. Comenzaron creando canciones para empresas como Honda y Wal-Mart bajo su productora Lazy Hooks, y desde ahí evolucionaron hasta convertirse en Capital Cities. Han declarado que trabajar escribiendo música para comerciales fue un verdadero entrenamiento para la vida que llevan ahora, y eso se nota.
En realidad, éste es el tercer EP de Pixies. Primero estuvo el homónimo que lanzaron en el 2002, aunque está formado por canciones grabadas a fines de los ‘80. El segundo es el ya conocido “EP-1” del 2013, material creado sin la adorada bajista Kim Deal y presentado como el regreso oficial de la banda. A pesar de que este trabajo proviene de la misma sesión, fue lanzado aparte y con meses de diferencia. En esos días ya se anunciaba un “EP-3” para abril (que finalmente se adelantó para marzo), mientras el grupo confirmaba más de treinta presentaciones a lo largo de Latinoamérica donde tocarían con Paz Lenchantin, la reemplazante de la reemplazante de Deal.
“Si el mundo sólo se callara, sólo por un momento, tal vez empezaríamos a escuchar el distante ritmo de un joven y enojado sonido”. Con esas palabras plasmadas en su álbum debut, “Silence Yourself”, las inglesas Savages nos piden silencio. Piden que nos callemos y que escuchemos lo que nos pueden ofrecer. Porque, si lo hacemos, nos encontraremos exactamente con lo que prometen.
Tal vez un disco titulado “The Suburbs”, con una portada difusa que deja entrever un auto, una casa y un árbol no sea precisamente algo atractivo. La unión entre carátula y título parece muy literal para ser cierta. Pero ese mismo álbum ha recibido gloriosos premios y cuantiosos elogios por parte de la crítica. ¿Qué es lo que lo hace tan grande? ¿Será su temática, su lírica, sus sonidos barrocos? ¿Su innovación extraña, tal vez? Es difícil decirlo, porque a fin de cuentas la respuesta es una mezcla de todo aquello y más.
El álbum que inspiró a Billy Corgan, a PJ Harvey y al mismísimo Kurt Cobain. El hermano grande de “Come On Pilgrim”. Con mal desempeño en las listas cuando salió, ahora es habitual encontrar a “Surfer Rosa” dentro de ránkings de mejores discos. Crudo y sucio, se caracteriza por voces violentas y temáticas bizarras. Ni hablar de su heterodoxo proceso de grabación, donde algunos coros fueron registrados en el baño del estudio. Dentro de todo, una obra marcada por la constante intención, casi con urgencia, de sonar diferente a lo establecido.
Los músicos que lanzan un primer álbum, si continúan haciendo carrera, deberán tarde o temprano enfrentar la presión de su sucesor. Los artistas que tienen discografías tremendas y sacan nuevo material tienen un obstáculo de mayor dificultad que superar: el legado. Que su propio catálogo sea el sistema de medición con que estas canciones “modernas” sean analizadas. Y cuando se trata del regreso de un grupo como Soundgarden, icónico dentro de su género, todo se vuelve aún más complejo.
Tras haber logrado uno de los mejores debuts de su década (y de este siglo) con “Funeral” en el 2004, había expectativas no menores en lo que podría hacer Arcade Fire a continuación. Si bien la verdadera y transversal masividad aún estaba a algunos años de distancia, era innegable que el conjunto ya había atraído la atención tanto de la prensa musical como de aquellos que están siempre a la búsqueda de “la próxima gran cosa”. En unos y en otros se repetía la pregunta: ¿cómo afrontarían los canadienses la posibilidad de sufrir el síndrome del segundo disco?
Cuando New Order comenzó el proceso de grabación del disco “Waiting for the Sirens’ Call” (2005) se creó una interesante cantidad de material, pero no todo fue usado. De esas composiciones no incluídas se rescataron las ocho que encontramos en “Lost Sirens”, cuya fecha de lanzamiento se retrasó debido a problemas de derecho de autor entre Peter Hook (a estas alturas, ya ex bajista de la banda) y los demás involucrados.
Win Butler y Josh Deu se conocieron en el colegio, entraron a la misma universidad y crearon una banda. La bautizaron Arcade Fire. El primero cantaba, el segundo tocaba guitarra. Poco a poco, se unieron nuevos integrantes. Llegó el verano del 2003 y grabaron un EP homónimo que recibió críticas positivas, en su mayoría. Cambiaron de formación. Y el frío invierno del 2004 arribó, acompañado del fallecimiento de nueve familiares de miembros del grupo. En esos momentos, el nombre “Funeral” sonaba perfecto para su disco debut.