Tras un intento fallido de ir a ver a Paloma Mami al Lotus Stage (cuánta gente, madre de Dios), mis malogradas piernas se dirigieron raudamente al escenario de Aldea Verde para ver el show de Nova Materia, uno de los espectáculos que más ganas tenía de ver en Lollapalooza Chile 2019, ya que It Comes me dejó marcando ocupado durante mucho rato.
¿Será que un show en este festival le haría justicia a tan buen disco? Con esa pregunta en mente, me dediqué a escuchar cada uno de los sesenta minutos que duró la presentación de Eddie Pistolas y Carolina Tres Estrellas (que en realidad se llaman Eduardo Henríquez y Caroline Chaspoul, pero no arruinemos la magia), y la verdad es que sí. ¡Sí!
Siempre es grato ver cómo tus artistas favoritos se reinventan para no morir en el olvido tras repetir la fórmula que los hicieron reconocidos hace años, y el caso de Pánico es más que evidente. Del rock alternativo que los caracterizó en álbumes como Pornostar o Rayo al Ojo, a lo que vimos el día de ayer, el salto es enorme, pero tampoco tan alejado de lo que Subliminal Kill predijo a mediados de los 2000. Ciertas progresiones musicales seguían ahí, dentro de las canciones, cambiando y mutando igual que la materia, sin destruirse, sólo transformándose en algo aún más interesante que antes, pero con la misma identidad sonora. “Somos los mismos, pero crecimos”, era el mensaje que gritaban cada una de sus canciones durante la tarde.
El show en vivo de Nova Materia es uno de esos espectáculos que funcionan mucho más de noche, o bien en lugares cerrados (de hecho, estoy ansioso por verlos en el Municipal), ya que la dinámica entre los dos componentes del grupo es bastante teatral, utilizando una buena cantidad de recursos visuales y sonoros muy llamativos, a veces rozando la performance artística un poco más “conceptual”, a pesar de los constantes acercamientos de la banda hacia los presentes en el lugar. A pesar de la luz del día, la polvareda de Aldea Verde y el extraño clima que acompañó a los asistentes durante toda la jornada del sábado, Nova Materia se las arreló para dar lo mejor de sí en el escenario, dejándonos a todos más que satisfechos tras haber bailado sus canciones, beat tras beat, percusión tras percusión.
El público fue un punto aparte. Contrario a lo observado el día de ayer en el mismo lugar, acá la disposición fue completamente distinta en pro del artista que estaba presentándose en el escenario. Tal vez fueron los mismos que, minutos antes, bailaban con las canciones de Fran Straube y su banda Rubio. La comunicación entre el músico y la gente estaba más fuerte que nunca, logrando así darnos un espectáculo de primer nivel.
¿Cómo fue que llegamos acá? No lo sé, pero el camino transitado por Henríquez y Chaspoul no deja de tornarse más y más interesante con el paso del tiempo, y eso siempre es muy cool. Olvidémonos de Pánico por un rato y miremos hacia adelante: el futuro de Nova Materia es brillante por donde se le mire, y nadie puede decir lo contrario.
*Fotos: Nicole Ibarra