Nicolas Jaar tiene sólo 21 años, es hijo del internacionalmente prestigioso artista visual y cineasta chileno Alfredo Jaar, nació en Nueva York en 1990 (mientras sus padres vivían en la gran metrópolis), pero se vino rápidamente a nuestro país durante su infancia, para luego volver a Estados Unidos en su temprana adolescencia.
Fue ahí donde Nico -como le dicen sus cercanos y fans- conoció la música electrónica, las tornamesas y los clubes neoyorquinos donde abundan selectos DJs. Heredando el gran talento y sensibilidad de su padre e influenciado desde su niñez por nombres tan variados como el etíope Mulatu Astatke, Erik Satie y el disco “The Au Harem d’Archimede” de Ricardo Villalobos (el cual describió en una entrevista como “la música más sexy que jamás he escuchado”), Jaar debutó produciendo música a los 17 años con el EP “The Student”.
Actualmente, tras lanzar “Space is Only Noise”, su primer largaduración, es considerado el niño prodigio de la electrónica mundial. En este trabajo, el solista demuestra una poesía sonora, elegancia, sensualidad y sapiencia notables. Obsesionado con reducir la velocidad del beat hasta extremos inexplorados de lentitud en temas aún bailables (75 beats por minuto como record), el músico logra quebrar los rígidos paradigmas de la electrónica y propone música libre y con énfasis en la exploración, incluyendo arreglos de piano, violines y su propia voz, siendo aún increíblemente cautivante y fácil de escuchar.
Todo el disco mantiene un tempo aletargado y una atmósfera profunda. Sobresalen los nocturnos y sugerentes bajos y la voz subterránea de ‘Colomb’, la genial mezcla de percusiones naturales y un dramático violín en ‘Too Many Kids Finding Rain the Dust’ y el sexy deep house inéditamente lento de ‘Keep me There’ y ‘I Got a Woman’ (basada en el clásico de Ray Charles, con un sabroso solo de saxofón incluido). También hay momentos de mayor experimentación rítmica cómo las exóticas ‘Balance Her in Between your Eyes’ y ‘Space is Only Noise if you Can See’, donde el neoyorquino demuestra con mayor notoriedad su particular estilo vocal.
En esta placa se respira una madurez y visión musical de alguien que parece mayor, pero se trata de un chico especialmente avezado, que ha escuchado vinilos de música negra, jazz y house de los ‘80 desde que tiene memoria. La libertad y sorprendente habilidad con la que Nicolas Jaar se pasea por diferentes ritmos e instrumentos al estilo de un experimentalista, pero manteniendo su amor por las claves de la música electrónica, son dignas de admiración.
“Space Is Only Noise” es un reflejo de la cosmopolita y ecléctica vida que ha tenido su autor desde niño, lo que hace de este álbum un encuentro entre los sonidos contemporáneos de los músicos jóvenes y la influencia de ritmos pertenecientes a la antigüedad, a otra cultura o a escuelas más clásicas. Una obra pretenciosa y sofisticada que suena, como muy pocas, entrañablemente natural.