El español Nacho Vegas lanzó este primero de diciembre su noveno disco después de tres años de colaboraciones, primero con Enrique Bunbury (Héroes del Silencio) y luego con Christina Rosenvinge, entremedio de otro proyecto paralelo llamado Lucas 15 con el que versionó el folclore asturiano en clave rock. Tras dos años de colaboraciones Nacho Vegas vuelve al solitario, pero con un estilo muy diferente al de sus trabajos anteriores.
El Manifiesto Desastre (Limbo Starr) es un disco donde la influencia americana caló profundo. Se nota desde la primera canción, donde NV muestra el mismo intimismo que le conocemos desde el 2001 con el disco Actos Inexplicables (Limbo Starr), pero con más confianza para meter ruido a destajo y experimentar musical y estilísticamente, con coros de iglesia y guitarras a lo Jack White.
Once canciones (el decálogo imperfecto, como le llama Nacho) componen El Manifiesto Desastre, que rinde honores al poeta portugués Fernando Pessoa, al mejicano José Alfredo y, con el mismo esmerado cuidado musical, habla del amor y del amor y del amor y de la vida, que no sería más que una serie de fracasos que no tienen nada de dramático porque así es y punto. Un NV igual de perdedor que en los demás discos, pero asumido y confiado, que da como resultado más espacio para un humor menos dramático pero igual de fatalista. Si es que se puede.
Vídeo: Macadamia Jam 004. Nacho Vegas y Christina Rosenvinge