Por Felipe Franzani
Desde el 2007 que Giancarlo Landini, como voz y líder de Moreno, nos ha traído sorpresas con trabajos que exploran melodías ricas en matices. En esta ocasión, luego de su reciente experimento titulado “Mo(L)r(a)en(ta)o”, mezclando temas antiguos y otros todavía inéditos en conjunto con el talentoso Lata (Andrew Collier), su cuarto trabajo bautizado como “Polaroids” nos lleva por un viaje espacial. Una travesía a ratos cotidiana, a ratos psicodélica. Su obra más madura y experimental a la fecha, en la que las cuerdas conviven en armonía con los efectos y los sintetizadores. La búsqueda épica continúa sin descanso.
Atravesando texturas sonoras muy elaboradas, los temas nos arrojan a un caleidoscopio de emociones voladoras entre los que se descubren reminiscencias de bandas como The Cure, Explosions in the Sky, Air e incluso Godspeed You! Black Emperor, en un paquete sensible y dulce. Entre todo, se oyen tonadas directas y solitarias (“Tendré que Aprender”, “Quichicha”, “Polaroids”, con un conmovedor dueto de voces) y otras más enérgicas e incluso bailables (“Comiendo con la Mano”, “Tendré que Darme Cuenta”). También hay torbellinos de sonidos orgánicos y artificiales (“Pichón”, “Reventando”, tema que es en sí un big bang), voces y arreglos instrumentales ahogados en texturas (“Hacer Hacer Hacer”, “Sopa de Jaivas”), campanas y cascadas (“Sereia”), dando a veces la impresión de estar perdido en un bosque, rodeado por animales y fantasmas.
Moreno demuestra su originalidad y frescura en “Polaroids”, siendo capaz de plasmar su riqueza emocional en melodías conmovedoras y estilos diversos al fusionar lo-fi, folk, skate rock, dub y space rock, evocando la ingenuidad y realidad de la nostalgia infantil, el sueño adolescente y la confusión de la adultez propia de nuestra generación en un disco que es, verdaderamente, un álbum de fotografías.