Decir que la presentación de Moderat en Chile, presentada por Heineken, fue una de las mejores del 2016, es realmente decir poco. La preocupación del trío alemán por lo mostrado en escena, decantó en un producto casi comparable -manteniendo las claras distancias- con el show de Kraftwerk en nuestro país. Cada uno de los proyectos tiene clara su meta, la cual es entregar un espectáculo audiovisual llamativo que no se quede sólo en lo meramente musical.
No obstante lo anterior, hubo una serie de errores que terminaron por echar a perder lo que prometía ser una hermosa jornada llena de música y colores. Sebastian Szary, miembro de Modeselektor (o Modeskeletor, según dijo alguien por ahí), dijo en nuestra entrevista que veríamos una película musicalizada por su banda, y eso fue justamente lo que vimos. O lo que tratamos de ver, ya que la Sala Omnium estaba atestada de gente, pero ya hablaremos de eso más adelante.
Todo comenzó con un set híbrido de los chicos de Matanza, proyecto electrónico nacional cuya propuesta sonora es una de las más interesantes dentro de la escena local, pero que por algún motivo no logró conectar bien sus partes en la ocasión.
Tal vez fue por el ánimo de los presentes, quizá por el tipo de público que suele ir a los eventos de Fauna, posiblemente el sonido (queja constante de la gente durante toda la noche), o a lo mejor el set fue derechamente monótono y no alcanzó a explotar en los momentos adecuados. Quizá fue todo eso junto, no lo sé, pero la presentación de los chilenos, si bien correcta y adecuada, no alcanzó a ser algo realmente destacable.
Una vez finalizada la actuación de los nacionales, pude notar dos cosas bastante curiosas en este tipo de eventos. La primera es que el set se salió ampliamente de los horarios establecidos por la producción, ya que según el programa oficial, Moderat tendría que haber salido a escena a eso de las 23:30 hrs., cosa que finalmente ocurrió pasadas las 0:00 hrs. La segunda, lo cual definitivamente fue la gota que rebalsó mi vaso, fue que el lugar estaba literalmente lleno de gente.
Es raro que en los eventos producidos por Fauna pasen este tipo de cosas, ya que generalmente me he llevado buenas impresiones de todos sus conciertos, sin embargo en esta pasada, es mi deber decir que lo pasé horrible. Acá, eso sí, creo que la culpa es totalmente compartida, y esta recae tanto en la producción, atestó de gente el lugar, llegando incluso a tapar las salidas de emergencia y acceso a los baños, así como también en el tipo de público que llegó a la Sala Omnium.
Respecto a este último punto, durante un momento en la pantalla principal se pedía encarecidamente que la gente no sacara sus teléfonos, ya que entorpecería el desarrollo de la noche. Al decir esto, ya podemos intuir que fue exactamente eso lo que pasó, sin embargo nadie vio venir que, al comenzar a tocar ‘Rusty Nails’, la banda paró la presentación en seco para pedirle a un gracioso que apagara su teléfono. Qué más podríamos agregar después de esa parada monumental de carros.
Fuera de lo anterior, y tal como dije al inicio de esta nota, los alemanes se preocuparon de entregar un espectáculo de primer nivel, jugando con proyecciones, luces, e incluso sombras, lo cual tristemente pocas bandas nacionales hacen hoy en día, exceptuando quizá a Javiera Mena.
El trío alemán en escena es tal cual me dijo Sebastian que sería. Detrás de sus instrumentos, olvidan que son Modeselektor y Apparat, para pasar a ser una banda distinta, bien afianzada y unida, lo que se transmite a todo el público, ya que por un instante, e incluso siendo fan del dúo Szary / Bronset, olvidé por un instante que los germanos también tenían un proyecto propio.
Que toda la experiencia fue ensombrecida por los errores de producción finalmente queda de lado al momento de sacar las cuentas finales, ya que, repito, atrevernos siquiera a mencionar que Moderat fue uno de los grandes conciertos del 2016 en Chile, es decir realmente poco.