Como todas las etiquetas musicales, New Wave se utiliza para denominar todo aquello que recuerde, aunque sólo sea en un acorde, a las benditas composiciones de Deborah Harry y sus chicos. Una afirmación demasiado amplia y que habría que matizar pero que se ha convertido en verdad absoluta por los medios. Infinidad de nuevas bandas se aferran a la bendita denominación para así lograr acercarse a ellos, cuando realmente lo que harían es matar por una centésima de la perfección hecha canción que es “Hanging On The Telephone”. Pero también existe alguna que otra formación que experimentando para lograr una personalidad única, terminan por encontrarse con esa etiqueta New Wave. Este es el caso de Metric. La banda canadiense liderada por la atractiva Emily Haines realiza un rock alternativo sin ningún miedo a acercarse a la electrónica. Para su cuarto álbum, abrazan más que nunca esa nomenclatura y no la sueltan desde la excelente “Help, I’m Alive” hasta la final “Stadium Love”. Cercanos al concepto del reciente “It’s Blitz!” de Yeah Yeah Yeahs, los de Haines realizan en “Fantasies” un impoluto comienzo de álbum con hits como la citada “Help, I’m Alive”, “Sick Muse” culminando dos temas más tarde con “Gold Guns Girls”. A pesar de que en la adictiva “Gimme Sympathy” (que cuenta con una excelente versión acústica en la edición digital deluxe del disco) obliguen a responder a la tópica cuestión de elegir entre The Beatles o The Rolling Stones, sorprenden con “Blindness”, un tema en que Emily Haines parece transmutarse en la propia Karen O. Más vitalistas que nunca, Metric compone su disco más compensado, a pesar de no contar con canciones de la talla de “Monster Hospital” o “Hardwire”.
8/10