Por Miguel Ángel Castro
Resistiendo como las paredes de una catedral. La postura de una de las falanges más distintivas de Mente Sabia, después de una década escribiendo párrafos, ha sabido madurar de saludable manera, conservando un paquete conceptual que despliega su creciente coherencia tras cada escucha del nuevo disco de MC Unabez. Fiel al rap, sin muchos coqueteos fatuos, antípoda de la media estilística actual. Así suena este puñado de canciones que no vienen a remozar la escena, ni tampoco a sentar jurisprudencia de lo que debe reinar en los auriculares capitalinos; se trata de más de lo mismo, y lo que suena a reparo se convierte en una virtud, cuando lo que no se transforma es la calidad y el compromiso en los textos.
En el detalle, llaman la atención las referencias futbolísticas, el egotrip inteligente, y la abundancia de la comparación como recurso literario. En el micrófono comparten lides Armestyle, integrante de Liricistas, el siempre cauto Mantoi, 4to Elemento, el compañero de grupo Matiah Chinaski, O’samply de Oerrestarr y Vockal MC.
Haciendo apología del aviso parental impuesto en los discos de heavy metal por allá por el ’85 (y que tanto llamó nuestra atención en los álbumes de rap de los 90), el contenido explicito para el de la Palmilla no radica en la coprolalia: es la postura estricta la que merece advertencia, y el guiño a esa etiqueta en blanco y negro se traduce con coherencia en cada surco. Como reza ‘Un Lápiz Muerto’, el ultimo track del disco: “Ni en tu casa ni en tu auto ni en tu pega, despégate del techo, hace que valga la pena. La vida es muy corta pa’ perderla, pa’ venderla, pa’ entenderla; no preguntes cosas, sale a ejercerla”.