Más que un disco, la edición de Ride The Lightning es la publicación de una obra inigualable en la carrera de Metallica, que comenzaba a instalar a los Jinetes del Apocalipsis en lo más alto de la historia del rock and roll. ¿Álbum de transición o consagración musical? Ninguno de nosotros puede dar una respuesta a esta interrogante, pero lo cierto es que -a partir de esta producción- los oriundos de San Francisco comenzaron a estampar su nombre en el selecto mundo del Olimpo musical. A través de ocho canciones los, en ese entonces, veinteañeros integrantes de Metallica consiguieron alcanzar un sonido diametralmente opuesto al exhibido en el furioso y castigador Kill ´Em All.
Más experimental, oscuro y denso, en Ride The Lightning la capacidad creativa del cuarteto estaba centrada en componer canciones que tuvieran un nivel de complejidad mucho más elevado que el mostrado en su primer LP. Para el icónico James Hetfield “era entretenido salir por la vida y sentirse inmerso en el espíritu ‘Seek and Destroy’, pero al final del día siempre sientes un vacío que no sabes explicar.” Esa sensación de abandono o muerte es la pieza fundamental sobre la que Metallica centró sus esfuerzos al momento de elaborar este largaduración. Para definir las distintas caras de la muerte, los integrantes de de Metallica comenzaron a explorar con todos los elementos sonoros posibles. Una muestra de este deseo es la incorporación de campanas proféticas en ‘For Whom The Bell Tolls’ o los contrapuntos musicales presentes en ‘Fight Fire With Fire’.
Para la sorpresa de todos, en sólo un par de años, Metallica dejaba de ser un cuarteto de adolescentes capaces de tocar buenos riffs y gritar hasta quedar sin voz, para convertirse en una verdadera institución del metal. De esta forma, una de las bandas del género más mediáticas de los últimos tiempos comenzaba a ser el centro de atención de todos los seguidores del speed metal norteamericano. Con sólo dos discos en su haber, se transformaron en una máquina arrolladora capaz de demoler todos los sentidos de quienes osaran a sentarse en la silla eléctrica de Ride The Lighting y comenzar a escuchar su propia y adictiva sentencia de muerte.