¿Se acuerdan de ‘Missing’ de Everything But The Girl? Una canción que sonó hasta el cansancio a mediados de los noventa, especialmente en su versión electrónica. Aquel remix, hecho por el productor Todd Terry, revitalizó la carrera del dúo e impulsó la promoción de un disco acústico llamado “Amplified Heart”. Lanzado en junio del 94, el álbum no ganó mucho terreno sino hasta el año siguiente, cuando el mentado single fue reeditado en clave discotequera. Esa efectiva decisión fue tomada por el tándem después de darse cuenta de que Tracey Thorn era altamente compatible con los beats. Y eso se lo deben a “Protection”, el segundo largaduración de Massive Attack.
El entonces trío de Bristol buscó a la vocalista para escribir y grabar juntos, después de que Shara Nelson (la colaboradora clave en “Blue Lines”, su trabajo previo) los dejara para perseguir una carrera en solitario. Mientras una ascendía en popularidad, la otra estaba estancada en un proyecto que parecía nunca despegar, pese a su elevado nivel cualitativo. La solución no pudo haber resultado mejor. Si en el debut de los británicos la pieza angular fue ‘Unfinished Sympathy’, su nuevo disco tendría al tema homónimo en el mismo rol, sentando un tono menos efervescente que el anterior, pero igual de magnético gracias a la interpretación de la cantautora.
Al igual que en “Blue Lines” (cuyo adelanto fue ‘Daydreaming’), Massive Attack guardó la carta bajo la manga y presentó ‘Sly’ como primer single. Con la voz de Nicolette y los arreglos de Craig Armstrong, el grupo daba un mensaje claro: “Protection” no sería un autoplagio, aunque eso les costara perder la chispa. Dicho y hecho, el disco fue presentado a fines de septiembre de 1994 y de inmediato recibió opiniones encontradas: se habló de desilusión y de proeza electrónica con la misma vehemencia. Eso sí, nadie podía evitarlos, estaban en todas partes. Tras el obvio lanzamiento de ‘Protection’ como promocional (con un clip dirigido por Michel Gondry), vendría el segundo hito del elepé, de la mano de ‘Karmacoma’.
Un ritmo hipnótico, 3D con Tricky rapeando líricas sobre alienación y un video de Jonathan Glazer (Radiohead, Blur) que llamaba a la controversia. Tenían todas las de ganar y así lo hicieron con el tercer y último corte de difusión del álbum. Aunque no del todo representativa, por la naturaleza dispersa del trío, la canción encapsulaba en sí la esencia del trabajo que la contenía y los tópicos transversales a él: soledad, decadencia, perturbación y cuestionamiento. Asuntos también abordados en highlights como ‘Spying Glass’(una más con Horace Andy), ‘Better Things’ (la otra co-autoría de Tracey Thorn) y ‘Eurochild’ (también con el diablillo de Bristol).
Mientras la mayor porción de la electrónica se ensimismaba- concentrada en experimentar con nuevas tecnologías- y se hacía más gélida, Massive Attack abogó por lo tangible en un ejercicio casi sinestésico. Con samples y programaciones, supieron hacer que “Protection” recreara tonos lúgubres, aromas y texturas con inusitada eficacia. Y lo consiguieron sin perder un ápice de su aura vanguardista (¿qué es, si no, la destrucción de un tótem como ‘Light My Fire’ de The Doors al final del disco?), y resolviendo con más destreza que en “Blue Lines” la problemática de amalgamar influencias. ¿Trip hop? No. Que nos perdone Soda: esto es comfort y música para volar.