Cinco años pasaron entre “Mezzanine” (1998) y el disco que lo siguió, “100th Window”, cuarto trabajo de Massive Attack. A pesar de haber sido exitoso en términos comerciales, produjo diversas y contrarias opiniones, sobre todo en los críticos especializados.
Algunos lo consideran una gran producción, otros piensan que se trata de una mala segunda parte del álbum que lo antecedió y así sigue la lista de opiniones. Claro está que si estuviésemos hablando de cualquier otra banda -y no de los grandes de Bristol-, este trabajo podría haber sido considerado como un trabajo de excepción, sin ponerlo en duda. Pero, como el caso no es ése y estamos frente a Massive Attack, las expectativas juegan en contra.
Hay algunos discos que no suenan de su época, y ése es el caso de esta obra. “100the Window” se escucha actual, e incluso futurista, una gran cosa considerando que fue hecho siete años atrás. Es un LP con una fuerte carga erótica, cautivador y atrapante. Posee ese ambiente oscuro distintivo de estos ingleses, aunque menos marcado que en el “Mezzanine”. Sus beats marcados y bajos poderosos lo hacen la banda sonora perfecta para una noche de encuentros en cámara lenta.
Como ya es de costumbre, hay invitados de primera categoría en varios de los tracks, mientras que el mismísimo Robert Del Naja canta en los demás temas, llenando los espacios con su distintivo tono adormecido.
Imposible no distinguir la voz que se escucha en una de las mejores canciones del álbum, ‘What Your Soul Sings’. “Don’t be afraid(…)”, canta una suave y susurrante Sinnead O’Connor, mezclándose entre una melodía dulce, sintetizadores y golpes de beats electrónicos. En conjunto, una composición que -aunque enérgica- mantiene un sabor dulzón, mayoritariamente entregado por la participación de O’Connor.
Otro que estuvo presente en esta placa –y en todas las que ha grabado la banda- es Horace Andy, quién participa en ‘Everywhen’ y ‘Name Taken’. Esta vez, el jamaiquino no pudo lucirse tanto como en otras oportunidades lo ha hecho junto a los músicos. Pero eso no tiene nada que ver con sus capacidades ni mucho menos, sería una estupidez de grandes dimensiones relacionar una cosa con la otra. La razón de esto es una mala elección de temas para que participase Horace, no a la altura de otras ocasiones.
En efecto, estamos frente a un trabajo de gran calidad, pero quizás inferior a los otros discos de Massive Attack, que marcaron hitos en la experimentación de sonidos. A pesar de todo, ése es un pero que podemos dejar pasar.