Es una de esas preguntas existenciales que han llegado a provocar el inicio o el fin de más de una amistad, en función a la respuesta y a su justificación. Una especie de ser o no ser del rock de los noventas. Un cuestionamiento del que se puede estar hablando por horas, sin llegar a punto final: ¿Angel Dust o King For A Day, Fool For A Lifetime? Escoger entre estos dos siempre va a ser una injusticia. Para con nosotros, para con nuestros recuerdos, y sobre todo para con una banda que, después de sacar uno de los discos definitivos de la década pasada, no encontró nada mejor que hacer otro igual de rotundo. De nuevo.
Pero eso no significa que hayan repetido una fórmula mágica para hacerlo. Difícil que así fuera, cuando este trabajo marca el inicio de la última etapa del grupo: aquella que viene tras la partida -en 1994- de Jim Martin, el barbón de pelo largo cuya guitarra se hizo una marca registrada en los años previos. Y es precisamente este detalle el que mejor ayuda a entender cómo, y por qué, el sonido del conjunto se amplió -de forma drástica- desde ese minuto.
Para esta placa, Billy Gould y Mike Patton se tomaron el trabajo compositivo, y el resultado está a la vista. Acompañados por los sospechosos de siempre (Roddy Bottum y el enorme Mike Bordin), y auxiliados por Trey Spruance en guitarras -que abandonó la banda apenas terminó de grabar este disco-, dieron rienda suelta a una peligrosa creatividad que llevaba media década en constante in crescendo. Un proceso cuyo resultado fue tremendamente ambicioso, repleto de composiciones disímiles y geniales que a ratos rayan en lo esquizofrénico.
Al rock que les es tan propio (‘Ricochet’, ‘Digging The Grave’), en esta ocasión se le suman guiños punk (‘Ugly In The Morning’), borracheras lounge (‘Take This Bottle’, ‘Evidence’), bossa novas fálicos (‘Caralho Voador’), elegías de redención (‘Just A Man’) y grandilocuentes odas a la decadencia (‘Star A.D.’, ‘King For A Day’). Sin miedos ni frenos a la hora de invocar estilos para expresar cualquier idea, por sensata o retorcida que ésta sea, y con uno de los mejores vocalistas de la historia del rock en plena forma. Tal como Angel Dust antes, King For A Day, Fool For A Lifetime es evidencia empírica y absoluta de por qué Faith No More está en una categoría aparte.