Desde que el canadiense estalló mundialmente con el neo clásico 2 (2012), Mac DeMarco ha visitado sagradamente nuestro país año tras año (aunque el pasado no), desarrollando un vínculo con la fanaticada nacional al más puro estilo de Mike Patton o como la hecho recientemente Erlend Øye. En el marco de Lollapalooza Chile, el artista regresó a dar su show más transversal hasta la fecha, donde cuicos y alternativos disfrutaron un nuevo capítulo de esta historia.
Tal como sucedió con Anderson .Paak, el enroque de escenarios favoreció notablemente para el fanático de los Viceroy, en un espacio mucho más grande y visible de lo que es el Acer Stage. DeMarco llegaba al escenario del Itaú Stage con su habitual locura y acompañado por su banda de siempre: Jon Lent en bajo, Andy Charles White en guitarra, Joe McMurray en batería y junto a Alec Meen, encargado de los teclados. La suave melodía de ‘On The Level’ encendía la explanada del parque.
Así DeMarco continuaba con ‘Salad Days’, ‘The Stars Keep On Calling My Name’ y ‘This Old Dog’, caballitos de batalla en la discografía del cantante. La buena onda que emanaba desde el Itaú Stage se percibía por todo alrededor, más aún cuando Mac invitó a Anderson .Paak y su banda a tomar palco arriba del mismísimo escenario, momento que fue celebrado por todos.
Como ha sido la tónica en sus anteriores presentaciones, Mac DeMarco repasó las habituales ‘Cooking Up Something Good’, ‘Ode To Viceroy’, la celebrada ‘Freaking Out The Neighborhood” y ‘Chamber of Reflection’, así como otras gemas que pasan por debajo del radar como ‘Brother’ y ‘One More Love Song’.
Ya llegaba el final con ‘Still Together’, pero en vez de hacer el show de lanzarse al público, DeMarco cambió lugar con McMurray, quien comenzó a cantar ‘High and Dry’ de Radiohead y ‘Under The Bridge’ de los Red Hot. A pesar de lo desafinada voz del baterista, la situación resultó ser muy hilarante, salvando un show muy predecible, el más bajo dentro de lo hecho por DeMarco en Chile. Con la ayuda de sus amigos, el cantante aprobó con lo justo.
*Fotos: Maira Troncoso