Es difícil definir en qué momento de la historia se originó lo que actualmente, de manera bastante genérica e imprecisa, llamamos música electrónica. Desde la década de los ’40 y ’50 con BBC Radiophonic Workshop (departamento radial de efectos de sonido y experimentación musical), el movimiento de la musique concrète en Francia, las vanguardias y la electroacústica, que ya se creaba música utilizando máquinas.
Pero no fue hasta los ’70 con la fiebre disco y funk, y el posterior auge del techno y el house en Detroit, Nueva York y Chicago en los ’80, que el concepto de DJ se acunó y se entendió la electrónica como “música para bailar” perteneciente casi exclusivamente a los clubs y la vida nocturna.
Richard D. James, conocido por su pseudónimo Aphex Twin (además de muchos otros como AFX, Polygon Window, GAK o Blue Calx) tiene su sitial en lo alto de esta historia durante la década de los ’90. Considerado una de las figuras más inventivas e influyentes del género, este personaje ha divagado con soltura entre variadas escuelas con un estilo auténticamente propio, una técnica superlativa y una postura teórica y fundacional en cuanto a la obra artística.
Nacido en Irlanda y criado en Cornwall, Inglaterra, en los años ’70, tuvo desde la infancia una estrecha relación con las máquinas. Talentoso y astuto, comenzó a producir sonidos a los 12 años y fue disc-jockey en clubes locales en su adolescencia, época en que mezclaba cintas de su propia autoría, causando el interés de sus pares. Más tarde, estudió ingeniería y descubrió que la música y los aparatos electrónicos iban de la mano, forjando su futuro cómo creador de sonidos maquinales.
Sus primeros lanzamientos fueron los epés de la serie”Analogue Bubblebath”, iniciada en 1991, y algunas ediciones en el reconocido sello Warp Records bajo otros seudónimos. Pero no fue hasta el año siguiente que James impactó al mundo con la aparición, bajo el sello R&S Apollo, de “Selected Ambient Works 85-92”: una serie de composiciones hechas en el trascurso de estos años con la sola ayuda de un teclado y un computador.
El disco fue grabado por el británico directamente en cinta de manera muy precaria. Dice la leyenda que un gato estropeó parte de ésta, afectando aún más el sonido, el cual es evidentemente pobre en comparación con los altos estándares de la industria o con la calidad del vinilo. Pero, a pesar de este lamentable hecho, el álbum recibió una excelente crítica y la audiencia celebró su talento y capacidad visionaria. Y para ser sinceros, a nadie le importa la calidad del registro cuando un elepé es simplemente perfecto en lo artístico. Incluso podría decirse que esta falencia, paradójicamente, es parte de su encanto.
“Selected Ambient Works” está influenciado tanto por el acid house ochentero, como por las atmósferas de la banda alemana Tangerine Dream y el sonido de los electrodomésticos de una casa. Sin embargo, al revisarlo se vive un mundo sonoro único e inédito, jamás explorado. El título sugiere que esto es música ambiental, pero si no has escuchado nunca el álbum, no te dejes influenciar por este dato, porque este trabajo es mucho más que eso. Hay beats profundos ocasionalmente, hay percusión sencilla y lejana, hay olas de sintetizadores que inundan de capas auditivas las canciones, hay techno, acid y breakbeats.
No obstante, lo que más cautiva de esta placa es el aura nostálgica y extraña de su impronta, que te hace creer que estás en un submarino, o flotando en medio de las nubes, o en una cueva subterránea. En su LP debut como Aphex Twin, James logra de alguna manera, apoyada por el contexto de la época y la sencillez con que está hecho el álbum, producir un efecto sugestivo superior; como si tuviera acceso a una clave o fórmula secreta con la cual penetrar tu alma.
Las inmortales melodías, tan asbtractas como pegajosas, de ‘Xtal’, ‘Tha’, ‘Heliosphan’ y ‘We are the Music Makers’ (que contiene el único sample de voz de todo el álbum, con la frase “somos los creadores de la música, y somos los soñadores de sueños” tomada de la película “Charlie and the Chocolate Factory”, original del poeta Arthur O’Shaughnessy) se volvieron himnos y fueron reproducidas en series de televisión y publicidad en variadas ocasiones.
Uno de los puntos más interesantes y enigmáticos de esta obra es que puede ser escuchada en infinidad de situaciones y experimentada con igual intensidad. Es perfecta tanto para energizarse como para irse a dormir, para contemplar somnolientamente o bailar de manera activa. Tiene algo universal, algo magnánimo y sencillo, cercano a las cosas esenciales de la vida. “Selected Ambient Works” parece ocultar un secreto, al estar a medio camino entre los ’90 y el futuro, entre la pista de baile y el espacio.
Aphex Twin supo tomar los clichés y convenciones de los géneros electrónicos (techno, jungle, ambient y breakbeat, entre otros), para sobreexplotarlos, jugar con ellos, mezclarlos y luego asesinarlos sin piedad. Él en persona, al crear su propia etiqueta de grabación (Rephlex Records) en 1991 , definió su estilo con el concepto de “braindance”. Una referencia al encuentro entre un sonido inteligente, matemático y cerebral con su lado bailable y fisiológico: danzar y pensar a la vez. Sin darse cuenta, Richard D. James estaba sentando las bases de lo que el futuro le depararía a la electrónica: dejar de ser la música superflua y envasada de los clubes, para introducirse directamente en la mente y el alma.