Desde siempre, el abanico de posibilidades en el mundo de la música ha sido tan amplio que ha tenido casi igual importancia el saber hacer que el saber venderse. Por esa razón, la conversión de Lily Allen en personaje mediático era un triunfo cantado. Hija de la farándula, ha sabido encontrar ese medio camino entre bala perdida insufrible y adorable novia a la que siempre podrías perdonar que enseñase su tercer pezón en público. Tras coronarse como reina mediática de la generación MySpace (gracias a una estratagema que deberá ser estudiada en alguna sesuda tesis doctoral sobre el mecanismo de las nuevas redes sociales), la pequeña Lily vendió casi tres millones de discos de su "Alright, Still". La vorágine que provocó su liviana venganza bajo el nombre de "Smile" la llevó a convertirse, con sólo 20 años, en ícono de la Inglaterra de principios de siglo. Tres años después vuelve con "It’s Not Me, It’s You", su segundo trabajo, en el que no sólo recupera su especial forma de ver el mundo, sino que ahonda en la experimentación electrónica. El single de presentación, la incontestable "The Fear", es un adictivo corte que la acerca tanto al minimalismo de Leslie Feist como a la perfección pop de Blondie. Para los intransigentes, no olviden que la buena de Debbie la ha dado su bendición y que Joe Strummer fue uno de sus mentores musicales. La inteligente utilización de su página oficial poniendo en streaming sus primeras demos ha hecho que podamos seguir paso a paso la elaboración del álbum. De esa manera, hemos podido comprobar como "I Don’t Know" se ha convertido en "The Fear" o la inteligente sátira sobre George W. Bush en "Guess Who Batman" ha evolucionado hasta la brutal "Fuck You". Verdadera triunfadora del disco y buena declaración de intenciones de la británica. La genial overtura con "Everyone’s At It" y la brillante dupla "Not Fair" y "Never Gonna Happen" vuelven a explotar esa vertiente de liberación sexual que ya aparecía en su álbum debut. "It’s Not Me, It’s You" ha supuesto una dura limpieza sentimental para la artista. Una cura que ha sabido traducir en buen pop. Pop de consumo rápido… Parece fácil a primera vista, pero que pocas formaciones han conseguido.
Vídeo: Lily Allen – The Fear (Acoustic & Live on her Webcast)