Cuando era 2019 y el mundo era muy distinto a lo que conocemos hoy, Jungle fue uno de los highlights de nuestra cartelera pre estallido y pandemia. Con un par de visitas anteriores, los y las músicas ya parecen ser como ese afecto que siempre que nos avisa que vendrá, nos pone de buen humor. Cómo no hacerlo, si un encuentro con la banda es el verdadero ritual colectivo del goce. Y uno que sabe de pulcritud y cohesión musical deslumbrante.
El oficio del en vivo, que seguro bastante extrañó Jungle durante los últimos años, salió a relucir en una nueva fecha de Fauna. Con un concierto original presupuestado para el Teatro Caupolicán, la banda terminó haciendo vibrar de cancha a platea alta a todo un Movistar Arena que prefirió la catarsis del baile antes que el fútbol. La excusa era su más reciente disco, Loving In Stereo del 2021, que vino a agrandar la playlist que han ido construyendo desde su debut homónimo en el 2014.
Tal como el amigo que vuelve a visitar tras varias temporadas en el extranjero, Jungle inició el desempaque de maleta con dos canciones que no habíamos podido escuchar en vivo: ‘Keep Moving’ y ‘All of the Time’. Un setlist que le fue seguido por una serie de recuerdos como ‘The Heat’ y ‘Julia’; un paseo por las aventuras que han construido en estos casi diez años de carrera.
Un concierto lleno de piezas bien pensadas en su posición para que cada integrante fuese capaz de mostrar sus aptitudes, sorprendentes y estimulantes. Un conjunto de tejedores de baile que hizo que un heterogéneo público lograra reconectarse con ese acto tan humano que es el baile. Después de practicarlo en casa y a la distancia mediante plataformas de videollamada en frustrantes fiestas virtuales, Jungle le devolvió el alma al cuerpo a un recinto lleno, que respondió con gratitud en forma de aplausos rítmicos y esos pasitos que, a medida que avanzó el show, se fueron desoxidando.
Emotivo no sólo por el reencuentro, también por lo conectados que se ven en el escenario hoy por hoy los europeos. Como si dos años sin tocar no hubiesen existido. Una fiesta de principio a fin en la que pudimos, por fin, ponernos al día con el en vivo gracias ya clásicos como ‘Casio’ o ‘Busy Earnin’.
Visuales precisas, un juego de luces cautivante y vitoreos que demostraron lo mucho que queremos a este amigo que regresa. Los queremos porque son el coro gospel de una iglesia a la que no quisimos ir, son un partido de fútbol que nos perdimos, un rincón sesentero, un bar elegante, un cumpleaños temático o una pista de patinaje. Jungle fue todos esos lugares a los que no pudimos asistir desde que el mundo comenzó a ser tan distinto a lo que era.