En entrevista con POTQ Magazine a momentos de subir al escenario en Primavera Sound Santiago, Bárbara Carvacho conversó con Jessie Ware. Sobre cómo ha crecido realizando esta última gira, la importancia del goce en los tiempos que corren y la construcción de la diva disco que también la ha cambiado a ella fuera del personaje. “A medida que tengo más años me voy sintiendo una mujer más cómoda con su existencia que antes”, dice.
“Esta es la fiesta a la que había que ir”, decíamos en nuestra reseña sobre Jessie Ware en el Primavera Sound Barcelona del pasado junio y la declaración es la misma pero amplificada y con otra luz. What’s Your Pleasure? salió en junio del 2020 y fue una salvación para muchos, muchas, muches. Cuando todo se sentía agobiante entre cuatro paredes, las canciones de Jessie Ware fueron un espacio de libertad confinada. Aprender a soltarnos del pudor, bailar en el comedor, en pijamas, con la urgencia de no secarse en el miedo que era la pandemia que vivíamos.
Cuando llegó el 2022 y Primavera Sound Barcelona reconfirmó la presencia de la británica, What’s Your Pleasure? tomó vida propia. Ese disco creado en un mundo distinto al que vivimos hoy, nos recogió y creció con nuestras partes, con nuestros procesos y los de Ware también. Fue ese concierto el primero de una gira que finalizó ayer en un soleado Parque Bicentenario Cerrillos. Porque la fiesta no sólo le pertenece a la noche, bien lo sabe Jessie.
“El show de Primavera Sound Barcelona fue increíble para mí, muy especial. Me di cuenta de cuántos fans latinoamericanos tenía porque los vi en ese concierto. Creo que habían más latinoamericanos que españoles así que se sintió como el comienzo de algo especial, que hoy concluye aquí”, nos cuenta de entrada en una pequeña conversación antes de hacer bailar al público de Primavera Sound Santiago.
Aglomeración y resistencia al calor para recibir a la neo-diva-disco, una categoría que comparte con otras artistas como Murphy y Minogue. Con la ansiedad en el aire que genera el poder escuchar en vivo todas esas canciones que nos rescataron en pandemia, Ware desplegó un entretenido show en el escenario: hay bailarines que son coristas, coristas que son bailarines, hasta banda. Uno de los pocos cambios respecto a su presentación de junio.
“Este espectáculo es el mismo porque estoy muy orgullosa de él. Este es el último de la gira, y desde que nos viste en Barcelona hemos crecido tanto. Tenemos una banda, fuimos de gira con Harry Styles, tocamos en arenas, conocemos el show tan bien que ahora lo pasamos más que bien haciéndolo”.
Fiesta sobre y bajo del escenario, con una intención que da cuenta de que goce y diversión no tienen por qué estar teñidos de noche profunda. A pesar de la asociación que hacemos entre el baile, el placer y la oscuridad, Jessie Ware ha ocupado esta gira para abrazar las posibilidades que entrega tener al sol como bola disco.
“Esta gira fue, por sobre todo, nocturna. Ahora nos toca en plena luz del día. Es genial tener un juego de luces y la magia de la noche pero a veces quieres ver a la gente que vino a apoyarte, identificar sus rostros, ver sus sonrisas. Hubo muchos tipos de conciertos en esta gira y estoy contenta de terminar con este, en un día luminoso”, dice.
¿Es una verdadera demostración de confianza el poder sentir, vivir y transmitir placer bajo cualquier iluminación? Seguro que sí. El placer más honesto es el que no se esconde en los rincones oscuros, el que no tiene miedos ni pudores de mostrarse. El placer honesto es confiar en tu equipo, en tu espectáculo, en tu talento y tus canciones para saber que funcionan en un frío Pilton, en un saturado Barcelona, en un brillante Santiago. Pero, ¿cómo es que Jessie Ware llega a sentir este nivel de disfrute con lo que hace, con lo que es?
“Es gracioso, quizás común: creo que la respuesta es la edad. A medida que tengo más años me voy sintiendo una mujer más cómoda con su existencia que antes. No estoy diciendo que soy vieja, pero me siento más cómoda con mi cuerpo, con mi sexualidad, con mi música. What’s Your Pleasure? es algo que partió siendo mucho más suave pero se transformó en una make-believe-land, un mundo por sí mismo y sin pretenderlo. Era un disco para la gente pero lo que me ha entregado es increíble. Me ha dado esta confianza de la que hablamos. Es una confianza que he obtenido al poder interpretar a este personaje sobre el escenario, uno que realmente disfruto interpretar”, dice. Y que nosotros amamos presenciar.
Lo de Jessie es tan elegante como hipnótico. Sin ser derechamente sobrio, porque siempre hay un estímulo para ver y escuchar, el show de What’s Your Pleasure logra ser un pequeño oasis de despreocupación y libertad, sea en tu casa o en medio de un festival. Un disco que funciona tan bien en el envasado como en su formato live.
“Mi equipo en el escenario también tiene mucho que ver con esta confianza. Ellos me hacen sentir libre, sexual, confiable. Hemos creado un espacio seguro tanto arriba como abajo del escenario y creo que eso se logra porque estamos en un lugar correcto, con las personas correctas. Nos sentimos cómodos y creo que se nota, ¿verdad?”.
La respuesta es evidente después de disfrutar un set de once canciones, en su mayoría de esta placa, en las que somos testigos de la complicidad que existe entre todas las personas que pisan el escenario, pero también de la complicidad que tienen con ellos mismos.
“Estoy feliz por cómo se ha construido todo. Tuve éxito con mi primer disco pero no estaba lista para esto. Estaba asustada, insegura, era más joven. Se siente bien ser una contradicción en el funcionamiento del éxito de las mujeres en la música. Tener mi edad y saber que me pongo mejor y mejor, que tengo más gente que disfruta lo que hago, que voy a más lugares, que mi concierto solo crece. Este año y este disco me han dado mucho: confianza, desempeño y oportunidades”.
Después de ser testigo del primer y el último espectáculo de la gira se puede hacer la comparación. Hay cosas que han crecido, como la holgura con la que el equipo parece un todo. Se suma una banda que hace toda la experiencia musical mucho más épica. No hay margen de error para un concierto que se tiene más que probado.
Hay otras cosas que se mantienen y que son la esencia del proyecto. Es la fortaleza vocal e interpretativa de Jessie, es esa actitud contagiosa que invita destrabarse un rato, poner en práctica el baile y el disfrute sin importar la inseguridad que nos pueda haber regalado nuestro contexto. La responsable de ‘Save A Kiss’ tiene eso claro y va por más.
“La gente quiere alegría, escape, particularmente la gente que ha tenido una vida más compleja, sobre todo en este último período mundial difícil. Creo que las personas, al menos las que me escuchan a mí, quieren obtener goce, libertad, energía y felicidad. Creo que la tendencia musical es esa: más felicidad, más sexo -no para mí pero sí para el resto-, más goce”, comenta adelantando lo que se viene en su futuro cercano, del que ya dio pistas en el concierto con la interpretación de ‘Free Yourself’, el último sencillo.
“El próximo disco está listo. Viene el próximo año. Tuve la fantasía de Sudamérica, influencias de Brasil. No conozco mucho de la música de Chile, lo siento, pero tenía este destino en mi cabeza. Ganas de transportarme a través de la música a un lugar distinto a estar en casa, encerrada por el Covid. Para mí, construir este álbum se trató de llevarme a otro lugar geográfico, llevarme al placer, a la alegría, algo más caliente, colorido y divertido”.
Así fue su paso por Chile, caliente y divertido, pero por sobre todo liberador. En una audiencia acalorada, llena de disidencias, mujeres, personas no binarias, caras llenas de glitter, carteles e increíbles outfits, Jessie nos tomó de la mano y nos permitió disfrutar, sentir sin vergüenza, sacar de la oscuridad la posibilidad de movernos, expresarnos, cantar. El placer más honesto, ese que no le teme a la luz.