Dentro de lo que se refiere a música sicodélica y peladas de cable, Gong es todo un caso. Al contrario de lo que es Magma, la banda de Daevid Allen se caracteriza por tener un sonido más lúdico e informal, sin dejar de lado la maestría en la ejecución de los intrumentos y una exquisita ambientación espacialoide. Esta banda se inicia en 1967, después de que Allen, miembro de los tremendos Soft Machine tuviese problemas con su visa para seguir residiendo en Reino Unido.
Todo el periplo de estos duendes espaciales comienza cuando un director de cine, llamado Jérôme Laperrousaz, los invita a musicalizar un documental sobre una carrera de motos. Esta sería su primera placa, llamada “Continental Circus”, la que se caracteriza por ser un constante ritmo hipnótico invadido de efectos de sonido de motocicletas corriendo y las voces de los mismos participantes de la contienda. Lo singular de esta obra es que es sincera e instantánea, pues se nota, incluso, en algunas partes unas pifias que le dan cierta gracia a esta locura. Luego vendrían obras de calibre más rockero como el “Magik Sister/ Mistik Brother”, que, aunque son excelentes muestras del trabajo de estos locos, no pasaron con mucha pompa por los oídos de los ávidos consumidores de discos.
La obra que nos convoca a escribir sobre estos alucinados seres es la segunda parte de una partitura magistral, que no puede faltar en tu mp3. Se trata del “Angel`s Egg”, que vendría siendo la segunda parte de la Trilogía “Radio Gnome Invisible”, La historia está basada en una visión que Allen tuvo durante la luna llena de Pascua en 1966 (no especularemos sobre que cosa consumió el tío). Durante el desarrollo de este disco se cuenta la aventura de Zero, una especie de hippie que se encuentra con la bruja Shakti Yoni para pedir una guía espiritual. Es alli en donde comienza el viaje de este astronauta por el espacio hasta llegar al mítico Planeta Gong. Es en este itinerante paseo sideral en donde brotan melodías memorables que te hacen delirar en un universo lleno de ribetes humorísticos y teatrales, pues cada uno de los integrantes de la banda adoptan un personaje propio que tiene cierto protagonismo dentro del relato espacial.
Hablando de temas cósmicos, Gong se caracteriza por el uso de sintetizadores y efectos en las guitarras que de verdad te hacen flotar y trasladarte dentro de un “Flying Teapot” y hacer de las tuyas en este planeta lleno de colores y alegría. Definitivamente los que quieran darle rienda suelta a la imaginación y al viaje lisérgico deben tener este trabajo musical, pues si no lo hacen, nunca sabrán lo que es estar levitando en el Planeta que Mr. Allen y sus secuaces tienen para su diversión.