Otra semana, los lanzamientos suman y siguen, y aquí seguimos intentando mantenerte un poco más al día. Una nueva guia de discos, que se pasea por dentro y fuera del país. Un clásico como Daniel Johnston abre esta lista que también pasa por la sicodelia orgánica de Crystal Antlers, la crudeza bailable de You Say Party! We Say Die!, los beats triphopescos de Zero 7; y termina por el necesario repaso de lo nacional, con el metal pájaro de Sinergia y la música sin concesiones de Los Pipeños. Todo un viaje sonoro, a un click.
Daniel Johnston – Is And Always Was (Eternal Yip Eye Music)
Sólo un cantautor puede darse el lujo de parecer descolocado en su propio disco, pero hacer que suene bien. Ése es Daniel Johnston, quien se entregó a la producción depurada de Jason Falkner, y en Is and Always Was nos regala uno de sus mejores álbumes. En lo musical, las nuevas canciones del norteamericano indican una inclinación hacia lo afable del rock-pop, pero con atisbos de ir un poco más allá (‘I Had Lost My Mind, ‘Lost In My Infinite Memory’). La fortaleza de este trabajo es el contraste entre este cariz amigable y las delirantes interpretaciones del músico. Especial para fans y recomendable para principiantes. La puerta de entrada a un mundo sin salida.
You Say Party! We Say Die! – XXXX (Paper Bag)
Las bandas de dance-punk la tienen difícil. Para poder sobrevivir a la nueva década, deben saber adaptarse sin perder la esencia, un arte cuyo ejercicio deja varios muertos en el camino. You Say Party! We Say Die! parece tener mediana conciencia sobre este fenómeno. XXXX muestra a los canadienses aferrándose a la fórmula que los hizo nacer, pero manteniéndose frescos. Sus canciones siguen funcionando en las fiestas y sólo eso importa. ¿Para qué tomarse todo tan en serio?
www.myspace.com/yousaypartywesaydie
Los Pipeños – Se Escucha, Pero No Se Vota
El discurso de Los Pipeños se mantiene incólume, pese a todo y pese a todos. La banda nacional presenta el segundo registro discográfico de una carrera de 11 años y sigue alerta, con los sentidos despiertos para no caer en vicios impuestos por el sistema. El sucesor de Cajita Feliz, del 2005, es un álbum que añade ritmos al variopinto arsenal del grupo y lo muestra fiel a sus principios. Sin concesiones ni eufemismos, Se Escucha, Pero No Se Vota relata la historia que los libros no quieren contar. Para mentes despiertas, con más inquietudes sociales que ganas de escuchar música sofisticada.
Zero 7 – Yeah Ghost (Atlantic)
Sorprende escuchar un tema tan a la Goldfrapp en un disco de Zero 7 como es ‘Mr McGee’, y ésa es sólo una de las sorpresas que trae Yeah Ghost, cuarto trabajo de este dúo inglés. Una vez más con múltiples vocalistas invitados, e incluso ampliando su rango sonoro, aunque siempre cuidando detalles como el preciosismo de las guitarras. El melómano futbolero será feliz con el homenaje a Zinedine Zidane (‘Everything Up (Zizou)’), y el que no, deberá conformarse con un precioso LP. Este año, el soundtrack de la primavera es delicado y sombrío a la vez.
Crystal Antlers – Tentacles (Touch and Go)
Tentacles, el último LP publicado por esta casa discográfica, en abril de este año, es una mescolanza de estilos con sabor vintage por todas partes. Toques de punk y garage rock matizan un disco descaradamente sicodélico, donde el gran protagonista es el teclado de Víctor Rodríguez-Guerrero. Y no es que ésa sea la intención, pero se termina robando la película tema tras tema. Doce en total, cuarenta minutos le bastan a Crystal Antlers para demostrar que la vieja escuela nunca se ha ido.
www.myspace.com/crystalantlers
Sinergia – El Imperio De La Estupidez (Oveja Negra)
Después de casi una década componiendo buenos discos de forma consistente, Sinergia por fin se sacó esa espinita que tenía clavada hace años: lograr hacer una canción que tenga referencia a Condorito. ‘Exijo una explicación’ es el track que cierra El Imperio De La Estupidez, un trabajo que obedece a la misma ecuación de sus predecesores: letras fáciles de comprender, alternando crítica ácida y parodia, mientras sus músicos no hacen más que mejorar. El metal pájaro sigue dando frutos -chilenos en su esencia más pura- que vale la pena oír.