Todo empezó en el departamento de Kurt Cobain. Ahí donde vivían él y Dave Grohl, ahí donde dormían mientras ensayaban preparando un disquito llamado Nevermind. Ahí, donde una vieja guitarra de palo fue tomada por un baterista con nada que hacer. De ahí nacio ‘Marigold’, lado b de ‘Heart-Shaped Box’. De ahí nació ‘Friend Of A Friend’, parte de la segunda mitad de un disco doble con el nombre de In Your Honor.
Después de ese departamento vinieron Nevermind, el éxito mundial, In Utero, un Unplugged de MTV, la muerte de un amigo, el luto, un demo editado bajo el seudónimo de Late! y una semana arrendada en un estudio donde Grohl grabó un disco solista que luego decidió editar bajo un seudónimo de grupo, para que no supieran que era él.
Eso fue en 1995. Quince años después, lo que no iba a ser más que un alias edita su primer Greatest Hits.
Son 16 temas en total. Trece singles seleccionados a lo largo y ancho de su discografía (desde su disco homónimo hasta Echoes, Silence, Patience & Grace), más dos canciones inéditas (producidas por Butch Vig de Garbage, como te contamos hace algunos meses) y una versión acústica de ‘Everlong’. Las recopiladas son melodías ya conocidas por muchos (unas más que otras, evidente): ‘My Hero’, ‘Best Of You’, ‘Times Like These’, la lista sigue. Y por su lado lo nuevo, ‘Wheels’ y ‘Word Forward’ (esta última, escrita por Grohl en homenaje a la muerte de su mejor amigo), sigue la línea que se vislumbraba en su último trabajo de estudio. Un acercamiento a los sonidos del rock más clásico, ahora descaradamente influenciados por Tom Petty y Neil Young. Una especie de sneak peak al futuro, y una muestra que da la real sensación de estar oyendo el fin de una etapa. Lo que sea que venga a continuación para Foo Fighters, no va a ser como ‘Learn To Fly’ o ‘All My Life’. Eso, olvídenlo.