Mientras The Weeknd brindaba un excelente show en el Itaú Stage, entre la multitud rápidamente pasaban jóvenes corriendo, zizageando y sorteando rutas entre un mar de personas. Muchos venían desde el Perry’s Stage, algunos seguramente no habían salido de este durante ninguna de las dos jornadas.
Flume había empezado su set con ‘Helix’, completamente vestido de blanco recibiendo a los presentes. Para los menos entendidos, la música de Flume se distancia del EDM (que se vio representado por Martin Garrix este año) al ofrecer un sonido mas ambiental y menos bailable. Algo que algunos conocieron como ‘Flume Drop’ y que después fue masivamente imitado. Eso sí, el australiano brilla más como productor que como dj, no remezcla sus canciones en vivo y estas se mantiene casi idénticas a las versiones del álbum, donde a ratos aparecen transiciones interesantes.
‘Lose It’ fue uno de los temas que subió las energías, las que parecían prestadas del Perry’s Stage. La audiencia era mayoritariamente joven, compuesta integralmente por adolescentes. Las coronas de flores hicieron su regreso, las asistentes arriba de los hombros de sus acompañantes y un público que se balanceaba al vaivén de lo que dictaba la música. Un obsequio para el público chileno fue la inclusión de ‘Wall Fuck’, ausente en la presentación en Brasil.
Uno de los puntos altos fue el remix de ‘Tennis Court’ con una transición a ‘Never Be Like You’, uno de los temas insignes de su repertorio. El público coreaba y mostraba sus mejores pasos. A través del show, Flume mantuvo su interacción con el público al mínimo, dedicando sonrisas y de vez en cuando una que otra frase.
Ya en la recta final, al llegar ‘Say It’, más de uno habrá deseado la participación de Tove Lo, quien se presento el día anterior. ‘You and Me’ y ‘Free’ remataron la presentación. La electrónica se robó al publico este Lollapalooza (algo que se viene viendo desde el 2015), una prueba más de aquella tendencia fue este concierto, precisamente. Al salir, la mayoría no dudó en pasar de largo por The Strokes y tratar de volver a ese mundo paralelo que se formó en el escenario del Movistar Arena.