Podría escribir y reírme mil años de que en algún momento los Fiskales Ad-Hok dijeron que no iban con el formato de Lollapalooza, y mirá de quién te burlaste. Podríamos decir que el público promedio del festival estaba medianamente sorprendido de que una banda punk tocara frente a ellos, causando cierta incomodidad en los rubios menemistas que a esa hora llegaban al Parque O’Higgins. También podríamos decir que hasta Kast se enojó con el grupo por mostrar su rostro desfigurado en las visuales del concierto, pero a quién le importa. Lo relevante acá es que Álvaro España finalmente entendió que da igual. Al final, todo es cancha.
En lo netamente musical, la banda hizo lo que pudo y lo que quiso en los sesenta minutos que tenían programados en la parrilla del día domingo. Si bien el VTR Stage tuvo problemas de audio durante casi todo el día (hubo acoples en el bajo, problemas con una de las guitarras y un par de micrófonos que apenas se escuchaban), eso no impidió que el grupo diera todo de sí para sonar lo más fuerte posible y dejar un mensaje claro: está todo mal y eso les da rabia.
Si bien podríamos pensar que los asistentes no tenían por qué acompañar a los Fiskales, ya que ni por si acaso son el público objetivo del grupo, es sorprendente darnos cuenta de lo que equivocados que podíamos estar. No sólo quienes pagaron su entrada estaban prendidísimos viendo el show, e incluso haciendo un pequeño moshpit frente al escenario, sino que también los trabajadores de la jornada, vendedores de bebidas y el personal de aseo del parque estaba coreando las canciones de Álvaro España y sus amigos.
A pesar de los años y de que “sólo se levantan temprano los domingos para ir a la iglesia” -según Álvaro, vaya uno a creerle o no (?)-, la voz del vocalista sigue intachable a lo largo del tiempo. Con mayores o menores cambios, la potencia y calidad de las cuerdas vocales de Álvaro España siguen ahí, tal vez no como el primer día, pero sí con el registro que todos tenemos en mente cuando pensamos en los Fiskales.
Mi acompañante resultó ser una gran fan del grupo, y no dejó de hacer hincapié en el hecho de que en esta ocasión no tocaron ni ‘Ángel’, ni ‘Perra’, dos canciones que solían formar parte habitual del setlist del grupo, pero que fueron atinadamente removidas por su contenido. Posiblemente, una señal más de la evolución de la banda ante los nuevos tiempos.
Minutos antes de cerrar el concierto, España dijo una frase que me quedó dando vueltas durante todo el día: “cualquier lugar es bueno para hablar estas cosas”, y es verdad. Puedes estar en una tocata en la población más peligrosa de Chile, o bien en el festival de música más grande de nuestro país. Si tienes un mensaje necesario -sobre todo para los días que corren- y una vitrina para entregarlo, sería ridículo no aprovecharlo. Los Fiskales lo hicieron, y a pesar de todo lo que dijeron antes de eso, está todo bien, porque al final da igual. Todo es cancha.
*Fotos: Fabián Ortega