Esta reseña va dedicada a las amigas que estuvieron conversando durante todo el show. No es mi intención darles consejos financieros, pero creo que les habría salido más barato hacerlo en un bar.
El primer martes del último mes del año tenía todo para ser el más tranquilo y buena onda en mucho tiempo. La conjunción de tres generaciones distintas de folk pop en el Movistar Arena sería la jornada inaugural de Fauna Primavera, uno de los que ya está consolidado en nuestro país, entre otras cosas, por su cartel inclinado a lo indie. Pero las cosas tomaron su propio curso. El día lunes se informó que Devendra Banhart, quien sería uno de los protagonistas de la jornada, había dado positivo de covid-19 y tendría que reagendar su visita para otra ocasión. Con este cambio la organización de festival actuó tan rápido como podía esperarse y esa misma tarde actualizaron los horarios y la locación: la primera jornada del Fauna Primavera tendría lugar en el Teatro Coliseo y mantendría las presentaciones de la chilena Rosario Alfonso y los estadounidenses The Magnetic Fields.
El incierto martes llegó y nos recibió con unos primaverales 34 grados de temperatura. La encargada de abrir fue Rosario Alfonso, quien con un elegante retraso de 15 minutos comenzó su austero pero fino show. Haciendo gala de sus habilidades con las cuerdas y acompañada solo de un par de músicos ocasionales, no necesitó mucho más para entregar una propuesta coherente y encantadora. Eso sí, hubo decisiones controversiales, como la de cantar una canción de cuna frente a un público que, entre la pesadumbre del calor y la recién terminada jornada laboral, tal vez hubiera requerido algo un poco más… ¿despierto?
A las 21:15 horas fue el turno de The Magnetic Fields. La banda liderada por Stephin Merritt era una de las legendarias del cartel, en especial porque este fue su debut en nuestro país. Su entrada al escenario en el que se ubicaron en una suerte de medialuna nos dejó claro que pese a ser una banda con un líder claro, en el escenario es todo sobre la horizontalidad y cada uno tiene su momento visible, sin que ninguno sea mucho más importante que el otro. En el repaso general, hubo grandes momentos. Por supuesto que no podían sino dedicarle gran parte del setlist a 69 Love Songs, el álbum que los consagró por allá en 1999. El show también se sostuvo en el humor de Merritt, quien cada tanto agregaba observaciones ácidas con su voz grave e inexpresiva. ’The Day the Politicians Died’ la dedicaron a la ex Presidente de Argentina, Cristina Fernández. “Esta es una canción de navidad pero también sobre el 9/11… así que es apropiada para diciembre y septiembre” dijo, antes de que empezara a sonar ’01 Have You Seen It in the Snow?’. Y así.
En general, tanto Rosario Alfonso como The Magnetic Fields hicieron shows concisos y de calidad, y sentimos la necesidad de recalcar esto para poder referirnos al verdadero villano de la noche: el público. Probablemente esto sea parte de una conversación más grande que tendremos que tener en algún momento (el público post pandemia está dejando mucho que desear en general) pero es necesario hacer hincapié en que esta fue una de las principales problemáticas de la jornada.
Hablamos de personas que conversaron fuerte y alto durante los dos shows (y la acústica del lugar no fue de ninguna ayuda). Hablamos de que mientras Rosario Alfonso presentaba su siguiente canción alguien cerca del escenario exclamó ¡no! Y ella tuvo la elegancia de responderle que, pese a su protesta, seguiría. Hablamos de que Merrit pidió en varias ocasiones que no silbaran y, suponiendo que alguien del público no entendiera inglés, se notaba claramente incómodo cada vez que alguien lo hacía. Merrit padece de hiperacusia, una enfermedad que provoca hipersensibilidad auditiva.
¿Será que no importa realmente cómo lo esté pasando el artista sino solo mi-propia-experiencia-individual-y-la-de-nadie-más?