Nunca nadie se imaginó que Electrodomésticos se atrevería a volver a tocar las canciones que fueron parte de su primer trabajo de estudio. Durante años nos imaginábamos como sería reinterpretar ese repertorio tan experimental y transgresor, tal como fueron esas presentaciones en Matucana que ya rozan el mito. Pero los deseos se transforman en sueños (o pesadillas), y bajo la premisa del 30 aniversario del disco debut, la banda celebró las tres décadas de su primogénito, en un show con invitados de lujos, pero que sin embargo dejó un sin sabor a los fanáticos que esperaban más.
Fue un show de casi dos horas, con un setlist que repasó todos sus trabajos de estudio y que se dividió en tres tandas. La ansiedad del público se hacía notar poco antes de dar inicio al espectáculo, cuando comenzó a sonar un ruido blanco, a modo de previa, que a medida que pasaban los minutos lanzaba sampleos del ¡Viva Chile! (1986), aumentando el hype por escuchar el seminal trabajo de Cabezas, Medina y Paredes.
Luego de quince minutos de ruido blanco, Carlos Cabezas, Edita Rojas, Valentín Trujillo junto a Sebastián Muñoz (en reemplazo de Silvio Paredes), hicieron su aparición en el escenario, recibiendo una inmediata ovación por parte del público. El primer tramo del concierto estuvo dedicado a lo que será el próximo álbum de la banda. Fueron seis canciones que se mueven por el imaginario clásico de la banda, con alusiones a Dios, la fe y el hombre; y que mantienen la senda de La Nueva Canción Chilena (2004) y de Se Caiga el Cielo (2013), destacando ‘Ex La Humanidad’, ‘La Ciudad se Fue’ y ‘Dos Mil Canciones’. La inclusión de Sebastián Muñoz en el bajo, trajo consigo una vitalidad que se agradece en la banda. El desplante en sus movimientos y la ejecución del instrumento, le entregó aún más potencia al sonido tronador del ensamble.
La segunda sección, y tal como lo presentó Edita Rojas, estuvo dedicada a canciones no tan antiguas, específicamente a los trabajos Se Caiga el Cielo” y su último ep El Calor (2014) y que contó con la habitual colaboración de Ángelo Pierattini en segunda guitarra y coros. De este parte, se desprendieron la excelente ‘Fe de Carbón’ y ‘Detrás del Alma’, en la que Cabezas sacó más de un suspiro gracias a sus frágiles pasitos de baile.
El último movimiento del concierto fue para el disco ¡Viva Chile! y que dio inicio con la surrealista aparición de la mentalista Yolanda Sultana, enfundada en un traje de china elegante con la bandera de Chile estampada, quien se refirió a su participación en el disco y de cómo se había escuchado en la homónima canción en un viaje a Argentina. Los años le han pasado la cuenta a la tía Yoli, aun así se mantuvo estoica en el escenario y se mostró agradecida de estar junto a los maestros.
“¿Ves siempre la línea de la mano o esperas que te pida la persona que se la veas?, cuando consulta un particular por ejemplo”, pregunta la estereofónica voz de Carlos Bencini que suena al unísono por los parlantes del Nescafé de las Artes, comenzando así la canción y también el éxtasis del público. Fue un momento histórico, lo más cercano para las nuevas generaciones a estar en esos shows cuando tocaban de espaldas al público y se colocaban máscaras de soldador, y que se acrecentó más cuando la mentalista volvió al escenario para gritar una y otra vez ¡Viva Chile!.
Los vítores no se hicieron esperar en la despedida de la tía Yoly, y que continuaron con la invitación del disc jockey Fantasna para ‘Del Pájaro’, en una relectura llena de atmósferas que se mantuvo respetuosa de la original. Luego vendría el turno de Dj Raff con una excelente versión de ‘Tai Tai’, llena de dembow y repetitivos beats. La reinterpretación de los djs invitados fue una jugada maestra por parte de los Electrodomésticos, aunando nuevas generaciones tal como le gusta a Cabezas. Esta unión se materializó en el punto más alto de la noche, junto a Bitman en las tornamesas, quien hizo y deshizo en ‘Andy Panda va a Alemania’ en una versión drum n’ bass que voló la mente de todos, a punta de la sincronía en los scratch del dj y la batería de Edita Rojas.
La incombustible ‘Yo la Quería’ cerraba la cortísima sección dedicada al trabajo debut de la banda y también la primera parte del show. Los aplausos y los gritos por una canción más rebotaban en cada esquina del teatro, recibiendo la vuelta del conjunto para calmar los ánimos con ‘Has Sabido Sufrir’, bajando el telón definitivamente con ‘El Frío Misterio’ y cerrando con una ovación de pie, la celebración de los 30 años de la ópera prima de los Electrodomésticos.
Resulta irónico que la celebración del primer trabajo sea con Carlos Cabezas como único miembro sobreviviente del trío original (la ausencia justificada de Silvio Paredes y el alejamiento de las luces por parte de Ernesto Medina), de todas formas el compositor sabe las reglas del juego y se ha armado un equipo de lujo que es cada vez más potente en sus presentaciones. Un show que se enmarca dentro de lo mejor a nivel nacional, pero que deja un sin sabor al excluir la mitad de un disco que merece, aunque sea una vez en la vida, volver a ser interpretado en su totalidad. Los medios para hacerlo están, solo falta la voluntad.
Fotos * Carlos Muller