“La música electrónica es mi vida. Me da más confianza en lo que hago”, me comenta Karla de 21 años, mexicana avecindada en Concepción mientras bailamos con Axwell ^ Ingrosso de fondo. Paz, amor, unión y respeto, PLUR en sus siglas en inglés, era lo que se respiraba en cada esquina del Festival Ultra Chile, en su tercera edición en tierras nacionales.
Mis expectativas eran medias. No soy un fanático empedernido de la electrónica en general (aunque el D&B me gusta demasiado), sumado a tres noches seguidas de insomnio, sentía que mis ánimos no estarían a la altura del evento. Pero la invitación ya estaba hecha y había que dar cara. Luego de recorrer Santiago de un extremo a otro, entre coronas de flores, lentes de color flúor y sudaderas, ya estaba en tierra derecha cuando una gran U sobre el escenario me daba la bienvenida a uno de los festivales más importantes del mundo.
Ya instalado en el Vip Heineken, el dúo de dj GTA reventaba los parlantes en el Main Stage con un remix de ‘Chop Suey!’ de System of a Down. La gran torre brindaba una mirada en 360 grados del festival, podías ver el sector para menores de 18 años, los stands de comidas y merchandising, además de tener una visual de lujo hacia el Drumcode Stage y el escenario principal. He aquí tal vez uno de los problemas en cuanto a la distribución del lugar: la cercanía de ambos de stages hacía que se filtrara el potente sonido del Main Stage, provocando molestia a ratos. Teniendo en cuenta también la diferencia de estilos en ambos espacios.
Asimilando que ya estaba dentro de Ultra, me armé de una cerveza y salí a recorrer el Festival. En el DJ Mag LA Stage vibraban los pocos pero locos asistentes que bailaban al ritmo de 3 Access & You, imagen que se repetiría a lo largo del festival, en el Drumcode Stage un fino Nick Curly ponía su cuota de house. Muy opuesto era lo que se vivía en el escenario principal con EDM de la dupla Dzeko & Torres, show que fue piedra angular en calidad para lo que vendría más tarde. Sonaron remixes de Adele, Justin Bieber, además de Oasis, The Weeknd y Yeah Yeah Yeahs los favoritos (y más repetidos) de la noche.
Aburrirse en un festival de música electrónica es una opción imposible. Es tanta la buena onda que se percibe en el ambiente que te llena el espíritu, el famoso PLUR, en el lenguaje rave, se cala en todos los asistentes que iban desde ravers caracterizados (una raver vestida de nativo americana se robó la noche entre los espectadores), fanáticos de la música hasta gente que fue para compartir una selfie en el evento del momento. “Me gusta el estilo, pero no me identifico. Me gusta ser diferente” me cuenta Jorge de 34 años, al ser consultado por su vestimenta (una suerte de short ajustado, sin polera con cintas pegadas al cuerpo y lentes de contacto).
De vuelta a la torre Heineken, por más hidratación y a descansar, el espectáculo visual de Fedde Le Grand cautivaba el festival con fuegos artificiales, humo y robots led que bailaban con los remixes de The Prodigy, Coldplay, Yeah Yeah Yeahs y esa joya de O.T. Genasis llamada ‘CoCo’.
Tras encontrarme con varios amigos (uno de ellos con pase Full Access y con barra libre ilimitada), armamos un grupito y partimos a ver el set de Knife Party uno de los más esperados de la jornada, ya a esa altura rendido ante los beats. El confeti y los fuegos de artificio eran el paisaje natural en la presentación de los australianos. Cuando quedaba poco menos de media hora para el fin de su show, decidí ir al baño. Grata fue la sorpresa ya que era bastante expedito el accionar en el servicio higiénico, pero muy malo fue que siendo las 23:30 horas ya no quedara nada de agua potable en la cisterna que había al lado de los sanitarios. Sin el vital elemento, a los espectadores solo les quedaba gastar plata en los tokens para poder hidratarse. Aprovechando la cercanía, me di una vuelta por la presentación de los nacionales Vives & Forero que se presentaban ante no más de 200 personas, aun así el gran plus del DJ Mag LA Stage era su potente sonido. Tan potente que no se colaba nada de sonido desde los otros escenarios.
Comenzada la medianoche era el turno de Dj Snake, uno de los disc jockey más comentados del momento. Su impecable show estuvo cargado de dropbeats y dinámicas con el público, como en el momento que sonó ‘Turn Down For What’ e hizo agachar al público para luego brincar en el coro o con el remix de ‘We Want Some Pussy’, con muchas chicas aplicando el twerk. La dinamita de Snake terminaba de causar estragos con el earworm ‘Lean On’, finalizando así su show.
Uno de los actos más esperado fue el de los suizos Axwell ^ Ingrosso, ex miembros del trío Swedish House Mafia. La felicidad era palpable, chicas sobre los hombros bailando, signos de amor con las manos se alzaban al cielo. Perder la cabeza al ritmo de la EDM en el mejor día de sus vidas, quizás para mucho de sus asistentes. Con bengala en mano, en una de las postales de la noche, bailábamos con un mashup de ‘One More Time’ y ‘Save The World’, en el show con las visuales más espectaculares de festival.
Solo para los más prendidos, Dash Berlin ponía fin a las doce horas de baile ininterrumpido en Ultra Chile. Un festival de nicho pero que funciona como una familia. Pasarla bien y el respeto era el código intrínseco que manejábamos todos: nadie te miraba feo por tu atuendo, la gente te saludaba sin conocerte, te sacas fotos sin ser invitado, conocer gente y un largo etcétera. Nunca antes la paz, el amor, la unión y el respeto cobraron tanto sentido como en un festival de música.