Los privilegiados que pudieron vivir a The Specials en Chile lograron entender el nivel de calidad que la trayectoria puede dejar sobre una agrupación que se mantiene fiel a sus raíces, sin que eso signifique excluir la evolución de su trabajo.
Sólo unos minutos con ‘Do the Dog’, ‘New Era’ y ‘Gangsters’ fueron suficientes para que la banda de 2tone demostrara que los años no son un problema cuando sabes usarlos a tu favor. Energéticos, prolijos y cuidadosos en cada sonido entregado lograron atraer a quienes fueron capaces de soportar los cerca de 33° grados que iluminaban el VTR Stage a las 15.30 de la tarde del domingo.
Correctamente vestidos, la banda liderada por Terry Hall logró consagrar al poco andar la cita que los fanáticos tuvieron con un pedazo elemental de la música ska, que alcanzó el máximo punto cuando los originarios de Coventry interpretaron clásicos como ‘Monkeyman’ y ‘Rat Race’, dejando satisfechos tanto a los más fanáticos como a los curiosos que por casualidad se llevaron un recuerdo de una de las presentaciones que tiene todos los puntos correctos para destacar con honores en el certamen 2015.
Para ese momento, la diversión del show se convertía en un agregado, dejando como principal atracción la limpieza con la que lograron interpretar canciones como ‘Friday Night, Saturday Mornig’ y el éxito ‘Ghost Town’, que fue altamente coreado por el público que entendió que el concepto de espectáculo va mucho más allá de integrantes atractivos, abuso de sintetizadores, e interacciones forzadas.
Allí estaba Lynval Golding, con su guitarra y la pandilla de amigos, haciendo bailar a miles de chilenos piezas que logran conservarse tan frescas como lo fueron en sus días de oro cuando recién vieron la luz. ‘Stereotypes’ y ‘Man at C&A’ sólo alargaron la cátedra bailable que comenzaba a llegar a su fin, pero que no podía concluir sin una de las letras emblema de los ingleses: ‘A Message to You, Rudy’, que volvió a reafirmar por incontable oportunidad la importancia de presentar un trabajo hecho con dedicación y amabilidad.
El calor ya era un simple detalle cuando llegó el momento de ‘Too Much Too Young’, la responsable de cerrar la primera visita de los ingleses a nuestro país que llegaron para enseñarnos que la novedad no siempre es sinónimo de calidad, y que muchas veces la tradición mezclada con el riesgo de la experimentación, puede lograr una fórmula capaz de perdurar por más de 30 años, y no cualquier fórmula, sino que una en formato de fiesta.