El viernes comenzó oficialmente el Festival Primaveraw Sound Santiago con lo que se conoció como “La Bienvenida”, una fecha más acotada en su cantidad de artistas, pero no por eso menos intensa en cuestión de fanaticada.
En POTQ queremos contarte sobre algunos de los principales shows de la tarde del viernes: Desde los clásicos indiscutidos de Christina Rosenvinge, pasando por la explosión rosada de la banda japonesa CHAI, Alvaro España de los Fiskales Ad-Hok hablando del estallido a un público mayoritariamente de clase alta y culminando en ese sueño colectivo que es ver a Beach House en vivo.
Como día viernes, en plena jornada laboral, no resulta sorpresivo que el público comenzara a llegar tímidamente y que la masa abundante no se viera hasta bien entrada la tarde. “La Bienvenida” es eso finalmente, una propuesta de lo que está por venir y de lo que se va a jugar el festival. Como buena inauguración había piezas de la casa que todavía no estaban listas: dos escenarios que aún no estaban abiertos, los folletos de la programación tampoco estaban listos y todavía quedaba merchandising por llegar, entre otras cosas.
Christina Rosenvigne: Recogiendo los mil pedazos de su corazón
¿Sabían ustedes que Que me parta un rayo de Christina y los Subterráneos cumplió 30 años? La sorpresa por el pasar de los años comienza a ser un recurso trillado a esta altura en el periodismo musical, donde cada tanto tenemos que recordar la distancia entre una obra y nosotros, olvidando que una buena obra por nostálgica que parezca se siente como el presente. No podía ser de otra manera que el regreso de Christina Rosenvinge a nuestro país fuera para celebrar este histórico disco que después la llevó al Festival de Viña del Mar. La española, que hoy día se presenta como solista, realizó un show centrado completamente en este trabajo y nos demostró que su material, pese al paso del tiempo, no ha envejecido ni un día.
Reflejando la experiencia de Que me parta un rayo, el show despegó al ritmo de ’Tú por mí’, atrayendo a los recién llegados asistentes que aún se estaban aclimatando con las instalaciones del lugar, sorprendiendo a la juventud que reconoció sus letras y haciendo bailar y corear incluso hasta al personal de limpieza.
“No me partió un rayo, es más, estoy en Santiago de Chile dejándome querer”, nos dijo mientras con cada canción nos cuenta una historia, una anécdota. De como ‘Señorita’ la escribió pensando en el padre de sus hijos, ‘Yo no soy tu ángel’ de alguien que se alegra ya no tener en su vida. El público, acotado pero entusiasta, escuchó receptivo como la artista abría su corazón. Tal vez de forma involuntaria, aunque eso nunca se puede saber con seguridad, este confesionario se convirtió también en una bitácora sobre la elaboración del popular disco, un material exclusivo para los oídos atentos.//Valentina Tagle
CHAI: Un jale de peta-zetas combinados con glitter
Desde el 2020 que en esta galería les venimos diciendo que CHAI es un grupo al que hay que ponerle oreja, y es que si bien otras reseñas pueden hablar de ellas como un simple fenómeno juvenil que demuestra como en occidente nos gusta lo asiático, la verdad es que CHAI es el eslabón perdido que explica exactamente lo contrario: cómo la cultura occidental puede golpear fuerte en la música asiática.
Con un show completamente pensado para el público, desde la posición de los instrumentos (con la batería a la misma altura que los otros), pasando por un pequeño DJ set, los clásicos bailes y covers en juego de la banda. El vestuario, los bailes, los cambios en la presentación dialogan con un tipo de música que puede darte temazos, pero que también se preocupa de darte un show a la altura, como lo es el Pop en general y el K-Pop en lo específico. Y cuando las vibras de la banda japonesa ya demostraban mucho de su inspiración en las Spice Girls, la banda lanza un pequeño cover con la letra cambiada de ‘Wannabe’, el clásico noventero.
Si no te gustan las canciones de CHAI, eso podría pasar a segundo plano, ya que el show en vivo es tan energético y pensado para darte alegrías, que se va a disfrutar igual, y con su mezcla de estilos algo te llevarás para la casa. No por nada hubo guiños al rock (solos de guitarra y en un momento el riff de ‘Inmigrant Song’ de Led Zeppelin); City Pop (su genial cover del clásico ‘Plastic Love’); Pop a secas (pequeño cover a ‘Get Lucky’ y la ya mencionada ‘Wannabe’) y eso sin contar con sus propios temazos. Tan buenas que ni Alfredo Lewin se podría resistir.
Lamentablemente, no es tan común ver un show tan pulido, que mezcla tantos estilos en una sola situación y que está planeado directamente para el público: tuvo que llegar una banda desde Japón a demostrarlo. CHAI busca la masividad, pero desde la diferencia, algo que en tiempos donde el sectarismo musical sigue siendo moneda de cambio, es mucho más contestatario que lo que hicieron sobre el escenario otros grupos que tocaron más tarde en el festival.
Al final, Mana, Kana, Yuuki y Yuna fueron la droga más dura, como jalar peta-zetas combinados con glitter, y quedar pidiendo más. Por suerte, hoy sábado las japonesas se repiten el plato. //Alex Miranda
Fiskales Ad-Hok: Punk rock noventero añejado en roble
Si ya viste un concierto de los Fiskales, básicamente ya los viste todos. Y si bien para algunas personas esto puede sonar como algo negativo, la verdad es que desde hace años que la cultura punk rock viene predicando que ese es su camino, y esa cultura se arraigó mucho en los noventeros y noventeras chilenas.
Hoy ver a los Fiskales es un poco como un trámite tanto para los músicos como para el público. Cosa que no significa que la situación no esté toda llena de energía, porque sus canciones sí logran prender a la gente indicada, solo que no hay muchas sorpresas, y esto parece que no es un problema para la banda, como bien dijo Álvaro España con sus conocidas y largas quejas sobre el escenario: “Es increíble que en tantos años de carrera no hayamos explorado alguna hueá rara por ahí”. Y sí, es increíble, pero al menos se mantienen honestos con ellos mismos, algo que les permitió esta noche telonear a Beach House.
Pero volvamos un minuto a las quejas. Porque la mayoría se centraron en atacar al país, a los ‘políticos culiaos’ y lo hueones que fuimos al votar Rechazo. Y si bien en esta página estamos de acuerdo con todas esas críticas, su propuesta confrontacional noventera ya está más cercana a las caricaturas de los punks, del tipo “todos son idiotas menos yo”, clásico de cierto tipo de punketa que con los años se ha añejado en roble. Sin embargo, y sin que lo anterior sea mentira, al final igual se puede entender la idea de sus dichos: con un público tan lleno personas de elite (habían carteras Prada en el público) molestar a esa gente siempre será bienvenido. //Alex Miranda
Beach House: El sueño compartido que Chile necesitaba
Es innegable que el grueso del público que llegó al Parque Bicentenario de Cerrillos ayer fue a ver una sola cosa: Beach House. Victoria Legrand y Alex Scally llegaban por segunda vez a Chile, pero esta vez como una de las bandas insignias del indie melancólico mundial.
Con disco nuevo recién lanzado, del que pueden leer aquí, Beach House salió a escena con la mítica canción ‘La gata bajo la lluvia’, para luego proceder a entregar una de las presentaciones más pulidas de las que se tenga memoria. Desde siempre la banda se ha presentado anteponiendo las emociones y la música por sobre las caras y personalidades de sus integrantes, y esta vez no fue la excepción. La única diferencia es que ahora tienen los medios para llevar su show a un nuevo nivel.
Con visuales distintas para cada canción, luces que van al ritmo con la música y los integrantes de la banda solo mostrados como una silueta en el horizonte de sus canciones, Beach House no necesitó mucho más para ganarse el amor de las personas en el público. Quizás la única crítica que se podría hacer (y sería quejarse de lleno) es que no hubo canciones anteriores a su disco Teen Dream (2010), y es que hubiera sido lindo escuchar ‘Gila’ como pasó en Perú, pero al menos, y tal como dijo Scally en un momento, en Chile tenían la posibilidad de tocar su set completo, sin los cortes que normalmente piden los festivales de esta envergadura.
Al final, Beach House fue un sueño colectivo, que fácilmente se quedó incrustado en las personas que tuvimos la suerte de verlos, grabado en el inconsciente colectivo del que hablaba Charly Garcia, junto con las caras de personas llorando, las luces moradas que nos llenaron el corazón. Después de meses de incertidumbres a nivel país bastante complicadas, y con el fascismo respirandonos en la nuca, hace tiempo no estábamos tan optimistas como viendo a Beach House en vivo. //Alex Miranda
Para terminar, podemos tener muchas muchas críticas contra la producción del evento (en especial con los shows de Primavera en la Ciudad), pero tan solo en “La Bienvenida” nos dieron en el mismo día a bandas nostálgicas como los Fiskales y Christina Rosenvinge, junto a otras que están pasando un momento muy bueno en sus carreras, como CHAI y Beach House. Ojalá que en estos siguientes dos días las críticas bajen, las cosas mejoren y los shows excelentes se mantengan.