“What to play, what to play, feels like we just got here…”
(qué tocar, qué tocar, se siente como si recen hubiéramos llegado…)
Con esta frase comienza el segundo de los tres periodos en que la legendaria banda de grunge dividió su espectáculo de 25 temas, 25 inolvidables, 25 senderos que recorrieron junto a su público, y qué mejor que esta frase-luego de haber tocado 15 piezas seguidas-para describir la intensidad vivida en el estadio de San Carlos de Apoquindo, Chile.
A eso de las 21.15 de la noche del 22 de noviembre suena una punteo con una pizca de distorsión Introduciendo la primera imagen de Pearl Jam que la mayoría de los chilenos (y varios extranjeros) vieron en sus vidas, ahí estaban, y Eddie Vedder se hace presente con una voz escalofriante y sutilmente precisa…se da comienzo a la experiencia en vivo.
Esa voz, que suena igual que en los discos, pero que en vivo llena cada rincón del estadio con su cuerpo, con esa delicada textura rasposa, esas notas por el fondo del registro vocal que casi opacan al resto de la banda y que se hace entender aunque hayan 20.000 personas cantando y gritando al unísono con ella, esa voz es la que al comienzo de Corduroy emite sus primeras palabras en un crudo pero claro castellano: “estamos muy agradecidos de estar en chile esta noche, por fin….. por favor cuídense” referido esto último al hecho de que desde el 2000 no tocaban ante un público de pie debido a la muerte de 9 espectadores en Dinamarca.
Un Mike McCready que en los primeros temas ya estaba como un debutante en el escenario, dando vueltas como un trompo tirado en el piso mientras tocaba su solo, y para qué contar como reaccionó la banda y su público cuando llegó la hora de “Do The Evolution“, todo estalló, la multitud más próxima al escenario era un océano de gente en plena tempestad-no pararon ni un solo tema-los cuerpos aprisionados uno contra otro se movían al son y nadie escapaba, todos querían más, el calor humano se condensaba sobre ellos, como una chimenea gigantesca y surcaba el aire hasta el escenario, donde Pearl Jam la absorbía, respirando el sudor del fan, bañándose con sus micro gotas, viendo algo que hace mucho no veían, la efervescencia del espectador de pie durante todo el recital, saltando, bailando, cantando, nadando sobre la gente.
“Como no quebrarse en un pequeño llanto cuando los has esperado 15 años” dice un fan cuando escucha temas como “Jeremy“, “Alive” o “Black“. Otro fan venido de Argentina a presenciar los dos shows en chile, para luego volver a su país y verlos allá en sus dos presentaciones y después ir a las cinco de brasil dice que sin embargo no alcaza a saciar su sed de la experiencia en vivo.
El espectáculo termina con el tercer tiempo donde interpretan “I Believe In Miracles de Ramones“, “Baba O´Riley” de The Who y, ya con las luces prendidas, se despiden con “Yellow Ledbetter” en un ambiente tranquilo donde se sientan en el escenario mientras el primer guitarra toca la ultima parte de la canción y se crea una relación biunívoca y silente de miradas entre ellos y su público, como si todos hubieran quedados anonadados por la experiencia vivida.
Un espectáculo inolvidable, en toda su extensión, con un sonido extraordinario en cualquier posición del estadio, cada perilla en su perfecto lugar para lograr esa delicadeza docta que sólo las grandes bandas logran, una seguidilla de temas increíblemente bien interpretados, con sensaciones de furia de canciones como “Even Flow“, con sensaciones de calma con “Better Man” y “Elderly Woman“, con frío y lluvia apañados por el calor humano…..lo único que queda por decir es que Pearl Jam pasó por Chile, dejando una marca, y habiendo prometido que la próxima vez no tardarán tanto en venir.
Y acá va un chisme, cuando estaban saliendo de su segunda presentación una fan se acercó a ellos y preguntó cuando podría volver a verlos, y Stone Gossard le respondió: six months.
thx juanjo