Conciertos
El primer concierto en Chile de Bad Brains, el 2008, generó inmensa expectación por tratarse de una banda pionera dentro del hardcore. Sin embargo, aquella visita no trajo consigo ni a H.R. ni a Earl Hudson, miembros fundadores de la agrupación, lo que ahora subía las apuestas de su presentación en Lollapalooza Chile. Su música, la que transcendió no sólo a través de los años sino que también de las bandas, salvaría el día.
El Teatro La Cúpula era una especie de microcosmos dentro del universo que era Lollapalooza Chile 2013. Más transitable y cómodo, con mejor señal telefónica que buena parte del Parque O’Higgins y, por supuesto, muchísimo más fresco. Como lugar para ver música, un agrado. Como escenario para tocar, una trampa dispuesta para cualquiera que se dejara arropar por el relajo y terminara dando un show a media máquina. Pero con Protistas pasó todo lo contrario: desde el primer minuto mostraron pasión y entrega, como si fuera el show más importante de su carrera y como si tuvieran 5 mil personas delante.
La pelea por la mayor convocatoria del día domingo tiene a Franz Ferdinand como uno de sus mayores contendores A pleno sol, miles se dejaron agasajar por el impecable trabajo que Alex Kapranos y compañía brindaron a una audiencia fidelizada de antemano, poco conocedora de sus nuevas canciones (de las cuales soltaron 3 o 4) y sí muy cercana al primer repertorio, aquel que los hizo globalmente populares y que los dotó de grandes canciones que defender en vivo.
Yannis Philippakis es un guitarrista aventajado, de eso no hay duda. Foals suena como quiere en gran parte gracias a él. Y consecuentemente, el desempeño general como banda les permite relajarse por sobre la tensión de la performance. A pesar de ser un ensamble medianamente joven, muestran una fluidez y una espontaneidad dignas de agrupaciones que poseen décadas de circo.
Eran las 16:15 hrs. y todo el sol que abandonó la capital durante la semana laboral había vuelto en gloria y majestad a acompañar a los asistentes de la última jornada de Lollapalooza. Pero la alta temperatura no le importó a los fanáticos de Mike Patton y, específicamente, de su proyecto Tomahawk.
En la previa, en el papel, la idea de Keane en uno de los escenarios principales de Lollapalooza Chile 2013 parecía ridícula para algunos. ¿De verdad? ¿Ese grupito iba a mover la cantidad de gente suficiente como para justificarlo? Esos eran los pesimistas. Pero ni los más optimistas se podrían haber esperado el marco que recibió a los británicos a las 15:00 hrs. en punto del domingo, sobre todo con el sol implacable que recalentaba el concreto.
Los bluesman dentro de la escena mainstream están en extinción. Los requerimientos de la industria giran en torno a otros sonidos, siendo el hip-hop y el R&B la única música negra que tiene real impacto sobre las masas. Gary Clark, Jr. y su disco “Blak and Blu” supieron romper esa barrera, no sólo encantando a los medios sino también a cualquiera que lo escuche.
El que seguramente es el mayor aforo que ha gozado Lollapalooza en su entrañable historia local (que como sitio hemos visto con curiosos y agradecidos ojos) tuvieron quienes bajo cualquier arista y evidencia resultaban ser los artistas de mayor importancia, el número primo de un ramillete de espectáculos digno de un festival de alta clase. Antes de cualquier análisis, y como primer antecedente, hay que decir que un porcentaje notable de los asistentes al cierre del sábado vinieron sólo a eso: a ver tocar a Pearl Jam. Existen ciertas bandas que por intrincadas razones cultivan una raza de fanáticos autócratas, que no transan, que esperan y van a buscar lo que saben. Y en este caso la expectativa era lo mejor posible, desafío que los de Seattle supieron asumir con total y absoluto control de la faena.
Josh Homme jamás da un paso en falso. Se evidencia en cada riff, en cada cambio en la alineación, en cada proyecto que emprende. Ayer nos volvió a mostrar sus cartas, dejando en claro el por qué de su categoría de genio. Queens of the Stone Age inició un proceso de combustión difícil de parar, más aún si a su líder le encanta jugar con fuego. Santiago fue testigo de un show único, cual Nerón quemando Roma.
Luego de su presentación en el Teatro La Cúpula del día viernes, The Hives desplegó sus artilugios en la tarde de la primera jornada de Lollapalooza Chile 2013. A pesar de que el show fue más corto que el entregado la noche anterior, no se escatimó en crudeza ni energía arriba del escenario.
The Hives (que no visitaba Chile desde hace cuatro años) se presentó la noche de este viernes en el Teatro La Cúpula, siendo, junto con Passion Pit, los antecesores directos del fin de semana de conciertos del festival Lollapalooza Chile 2013. Y desde un comienzo, Howlin’ Pelle Almqvist (frontman de los suecos) demostró una energía vocal envidiable y sapiencia sobre cómo controlar al público.
Día martes, 20:30 hrs. y la gente seguía llegando en masa al Movistar Arena. La cuarta visita de The Killers a Chile era todo un evento social, de esos a los cuales nos hemos acostumbrado a transformar los conciertos. Ropa de moda diseñada en lotes para lo más underground y poca emoción previa. Ni hablar de aquellas largas esperas para una mejor posición que premiaban la perseverancia y ponían a prueba la paciencia del fanático. De a poco estamos perdiendo esa magia, la que quizás diferenciaba a los espectáculos de música en vivo de todos los demás.
Debe ser un arduo y tupido trabajo producir eventos culturales o espectáculos de cierta envergadura en Chile, como eventualmente podría haber sido éste. Es la única explicación posible para obviar la historia de lucha popular que lleva la Población Lo Hermida, la cual abraza por un costado la vía de acceso al recinto pensado como primera opción para concretar la venida de Violadores del Verso (el Chimkowe), y querer hacerlo la propia noche de la conmemoración del Joven Combatiente. Desde cierto punto de vista hasta podría resultar una ecuación interesante y fundamental, pero en la antesala la concurrencia no lo notó así y la producción se vio obligada a cambiar recinto y fecha en favor de la seguridad. Eso, más un discreto rumor de falsificación de boletos, fue la previa a este nuevo reencuentro -uno de tantos- del grupo español con el público local.
Es innegable que, dentro del cartel del Maquinaria Festival 2012, el primer día estaba cargado al rock, desde la novedad hasta la espectacularidad, con una dosis extra de créditos locales. Nuestros corresponsales en terreno, Miguel Ángel Castro e Ignacio Silva, siguieron de cerca los shows de Mastodon, Cómo Asesinar a Felipes, Cavalera Conspiracy, Stone Sour, Marilyn Manson, Slayer y Kiss. Éstas fueron sus impresiones.
Luego de la accidentada serie de sucesos que precedieron al primer Sideshow del Maquinaria Festival 2012, finalmente Deftones pudo explotar en suelo chileno. No era el lugar más idóneo, tampoco el contexto más agradable, pero las ganas y el aguante de los más de tres mil fanáticos pudieron levantar un show sólido y emotivo.
Cuando el vocalista de una de las bandas esenciales de la historia del rock anuncia visita a Chile, no hay cliché que baste. Pero cuando esa visita esta amparada no en la nostalgia, sino en una producción creativa que le ha sumado laureles a diestra y siniestra durante la última década, los lugares comunes se hacen a un lado y dan paso a la curiosidad, la ansiedad y, por qué no, al misterio también. Y es que no importa cuántos videos o setlists se revisen en línea: la única forma de saber a ciencia cierta qué se traía entre manos Robert Plant era ir a presenciar su liturgia al Movistar Arena.
No estaba cómoda Kazu Makino. Los problemas de retorno aguaron los primeros minutos de Blonde Redhead en Chile, y la cantante del grupo lo hizo notar. El empalme neoyorquino, perfeccionista hasta la crispación, se lleva pésimo con los errores porque está poco acostumbrado a fallar. Aunque, de no ser por la mención, casi nadie hubiese advertido el contratiempo: la memoria muscular de la vocalista hizo que el apuro pasara desapercibido.
Casi como una especie de contradicción, el debut de Rain Machine en Chile llegó justo en el día más caluroso de los últimos meses en Santiago. Factor climático idóneo, de todas maneras, para un Bar Loreto que en cuanto a ambiente resultó bastante acogedor. Tras un intenso set de los nacionales Perrosky, Kyp Malone salió a escena acompañado sólo de su baterista, formato con que el sonido de los norteamericanos ganó en agallas e intimidad.
La agrupación australiana Tame Impala debutó en Chile trayendo consigo toda la magia de esta productiva isla. Pasadas las 01:00 hrs. del viernes 17 de agosto, los oriundos de Perth salieron a mostrar en nuestro país su alabado “Innerspeaker” (2010) y también a adelantar lo que será su sucesor, “Lonerism” (agendado para octubre de este año).
Lo que el show de anoche en el Teatro Caupolicán prometía de antemano era simple, pero interesante: dos dúos europeos, dos formas de hacer beats, dos actitudes, dos sonidos diferentes pero que comparten el sagrado lenguaje del baile. Eso es lo que la dupla francesa Justice y el binomio germano Modeselektor vinieron a hacer a Chile: ni más ni menos que hacer bailar. Con toda la simpleza, clichés y mística que eso implica.
Era sábado en la noche y, cuando faltaban diez minutos para las 22 horas, Jules De Martino y Katie White iniciaron su primer concierto en Chile con ‘Silence’, track que abre “Sounds from Nowheresville” (2012), su segundo disco. Luego de comenzar el show, la cantante se dirigió al público leyendo un papel que decía: “Mi español es una mierda, así que la voy a hacer corta. Vamos a bailar”. Y puede ser que esta afirmación haya sido la tónica de la hora de concierto de The Ting Tings en el Teatro Teletón. Para bien y para mal.
Era la segunda noche para Steven Wilson en nuestro país. Los comentarios de un show perfecto y emocionante habían llegado a oídos de muchos. No se equivocaban. Lo que se logró sentir y vivir ayer en el recinto de San Diego fue parecido a poder viajar entre las fibras de una tela muy fina, dejarse llevar y entender claramente cada uno de los nexos que unen la amalgama de sonidos, cada una de formas que la componen.