Txt por Cristobal Valenzuela | Jpg por Sergio Recabarren
Escribo ahora un segundo comentario del concierto de Nine Inch Nails ya que el anterior al parecer fue muy escueto y por lo mismo provocó quejas generalizadas, … y haciendo un mea culpa, creo que los alegones estaban en toda la razón, así que ahora le dedico más tiempo, ya en la calma de la visión retrospectiva, para escribir sobre lo que fue la experiencia del sábado. Disculpen a los que les molestó la primera versión, pero básicamente quería hacer una breve introducción para dar paso a los comentarios de la gente que había asistido, como lo hicimos con The Hives.
Primero que nada tengo que decir que fue un concierto completo a un nivel ya vivencial y sensorial, tengo pocos recuerdos de presentaciones acá en Chile que hayan trabajado tanto su visualidad como fue lo que vimos el sábado, y los recuerdos que tengo son básicamente de megaconciertos, como el de U2 el 98 para la gira del POP …A menor escala, en esta línea, estuvo el reciente concierto de Interpol, que también marcó una diferencia con el cuidado trabajo que le dieron a las luces para generar atmósfera, pero creo que con Nine Inch Nails todos los referentes pasados se quedaron chicos en este aspecto. El del sábado fue mucho más que un concierto de música.
Relatando para los que no estuvieron ahí para vivirlo, parte del escenario estaba conformado por un par de pantallas, una atrás y otra sobre los músicos, que generaban imágenes a partir de pequeñas luces, …quizás la mejor definición para explicarlas es que eran como una suerte de mallas luminosas; La pantalla de arriba tenía la posibilidad de replegarse, así que en algunos temas de la segunda parte del concierto la malla bajaba y se ponía delante de los músicos. Pero lo impresionante del caso fue que las pantallas en cuestión no sólo generaban imágenes, sino que con ellas se podía interactuar; Por poner un ejemplo, en un momento, en la pantalla de adelante apareció un software parecido al controlador del Fruty Loop, entonces el baterista empezó con las manos a definir una percusión electrónica digitando los botones gráficos, ahí caímos en la cuenta de que estaba armando la base del tema Echophlex del Slip, ¡gloria! En otro instante la pantalla se puso azul y empezaron a tocar Pinion (la apertura del Broken), entonces en la pantalla azul salio la cara de Trent Reznor que susurraba retratado de una forma muy rara, como captada en 3D, no sé qué clase de tecnología habrán ocupado para generar eso, pero lo más raro vino después, porque luego un asistente empezó a borrar a Trent de la pantalla con una linterna, es difícil de explicar acá en palabras, pero el asistente ocupaba la linterna como una especie de borrador de pizarrón, entonces, ahora, pudiendo ver a los músicos detrás de la malla, empezó una versión arrolladora de Wish.
El setlist fue generoso para todos los gustos, abarcando los temas más destacados de toda de la carrera NIN partiendo con los ochenteros hits del Pretty Hate Machine (Terrible Lie, Head Like a Hole), aunque para la preocupación de los seguidores más nostálgicos, en un principio dieron especial relevancia a los discos nuevos, de hecho, los primeros 4 temas que tocaron fueron del Slip, hasta que apareció la épica The March of The Pigs. Si bien eché de menos Happines in Slavery y más presencia del Fragile, creo que las dos demoledoras horas que dio Nine Inch Nails en Chile llenaron y superaron las expectativas de todos los asistentes y fanáticos.
En algún momento temí que cerraran el concierto con Hurt, el himno, por encontrarlo una solución demasiado fácil, bueno, no fue así, y cuando tocaron la famosa canción con guitarra electroacústica de base y no con teclados, se me vino al tiro a la mente la versión de Johnny Cash, de alguna forma, creo que presenciamos el homenaje al homenaje por parte del primer homenajeado.
Bueno, la ejecución de los temas fue impecable, y de una intensidad explosiva que nos dejó a todos tiritones. Me llamó también mucho la atención la fluidez con que se desarrolló todo el concierto, los lapsos entre canción y canción a veces eran de hasta segundos, algo muy meritorio sobretodo teniendo en cuenta lo complejo del aparataje técnico que requería la banda como complemento a su formación de rock más formal, o sea todas esa máquinas de percusión y sintetizadores y demases. En este aspecto el equipo técnico que auxiliaba el show parecían una tropa de ninjas vestidos de negro sacando, arreglando y poniendo cosas para que el tren no parara en ningún momento.
Quizás dando una gota de humanidad a toda esta perfecta y sincronizada maquinaria que fue Nine Inch Nails en Chile, Trent Reznor caía a ratos en sus bien conocidos actos destructivos-teatrales, un par de máquinas al piso, golpes a la pantalla-malla, un micrófono y un pandero al público, una sospechosa herida en el brazo, …si bien son ya una conocida parte del guión NIN, se agradecieron con emoción aquellos eventos de destrucción moderada, es parte del concepto de la banda, y le crees o no le crees, pero dentro del contexto y el mar de adrenalina que fue el concierto del sábado, era realmente difícil no entrar en el juego.
La presentación terminó con Zero-Sum, el cierre del Year Zero, mientras de fondo había una imagen, en la pantalla de atrás, de una monumental ciudad industrial de aires apocalípticos, de noche, que sufría a ratos de explosiones en diferentes partes, y por alguna razón, esa es la imagen que más me queda del concierto, quizás porque éste, en sí mismo, fue una suerte de pequeño apocalipsis industrial en medio de la quietud ciudadana.
Setlist
01.999,999
02.1,000,000
03.Letting You
04.Discipline
05.March of the Pigs
06.Piggy
07.The Frail
08.The Wretched
09.Head Down
10.Closer
11.Gave Up
12.Corona Radiata
13.The Warning
14.Vessel
15.Pinion
16.Wish
17.Terrible Lie
18.Survivalism
19.The Big Come Down
20.31 Ghosts IV
21.Only
22.The Hand That Feeds
23.Head Like a Hole
24.Encore break
25.Echoplex
26.Reptile
27.God Given
28.Hurt
29.In This Twilight
30.Zero sum
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