Lollapalooza Chile 2013, domingo 7 de abril, LG Optimus Stage, 20:00 hrs.
Foto por Lotus Producciones
La inclusión de Nas al cartel de este año es de lo más destacado que nos ha dejado Lollapalooza Chile en muchos sentidos. Tiene ribetes históricos, por tratarse de la presentación de alguien que consolidó una buena porción de lo que hoy conocemos como música rap, referente para toda una generación de nuevos personajes que hoy dominan el juego (“El MC favorito de tu MC favorito”, reza el refrán).
Y salió a matar desde un principio, llenando el espacio con su voz por encima de todos y de todo, elevando a niveles máximos el complejo arte de rimar con ritmo. En algo se justificó la cuestionable decisión de “relegarlo” al Arena (y no haberle cedido uno de los escenarios centrales como habría sido esperable, ponderando en importancia y valores), sólo por lo bien que el espacio cerrado le hizo al potente sonido que impuso el de Nueva York en todo momento.
Fue una avalancha de éxitos imparable, uno tras otro sin parar, donde recorrió lo más selecto de circa 20 años de entrañable carrera. Un medley de 50 minutos y fracción que recorrió diez álbumes individuales en sus momentos más destacados, partiendo por ‘The Don’ (de su último “Life Is Good”) y terminando en ‘One Mic’ con sample de Phil Collins incluído. No hubo falla, no hubo mácula: todo fue perfecto, puesto que el oficio que posee Nas Escobar mantiene en vigilia constante, elevando la intensidad sin dejarse caer en ningún momento, siempre genuino y siempre en constante ascenso. Una verdadera lección de como resumir toda una trayectoria en tan poco tiempo y con tanta intención. Podría haber sido más. Life’s a bitch.