Texto por Carlos Mella L. | Fotos por Cristián Soto (www.zona.cl)
La noche prometía ser mágica, y sin lugar a dudas cumplió con todas las expectativas. La mesa estaba servida y sólo faltaba que llegaran los invitados. Para el gusto del dueño de casa, los invitados llegaron en masa, en la hora señalada, y no dudaron en disfrutar y alabar la cena con tanto esfuerzo preparada.
Quizás, la analogía escrita en el párrafo anterior fue lo que sintió Nano Stern al momento de salir a presentar su último disco, Los Espejos, además de registrar esta histórica jornada en el Teatro Providencia, con el objetivo de crear el primer DVD de su admirable trayectoria musical.
Con el recinto lleno en su total capacidad, Nano Stern y su banda ejecutaron una presentación que para los asistentes será muy difícil de olvidar. El mágico ritual, comenzó con la perfecta interpretación de Casualidad por parte de Claudia Stern. Las sorpresas siguieron ocurriendo, cuando tras la actuación de la hermana del cantautor, , el escenario fue testigo de la corta pero hermosa presentación de Alejandro Soto.
Eterno compañero de Nano Stern y poseedor de un talento envidiable, Alejandro Soto, presentó tres temas de su gran disco debut Interiores. Con un aplauso cerrado, el cantautor nacional residente en Alemania, volvió a tomar su lugar en el teclado como miembro invitado de la banda, además de dejar en claro porque su nombre, a pesar de ser desconocido por algunos, ha aparecido en discos de Mecánica Popular y en el primer trabajo solista de Manuel García, Pánico.
Tras estas presentaciones, las luces se apagaron y la banda abandonó el escenario. No obstante, la sensación de vació desapareció en el mismo instante en que apareció Nano Stern y comenzó a cantar, como ya es costumbre, Desde muy Lejos.
A pesar de su correcta interpretación, en los primeros pasajes de esta presentación, en un instante pareció brotar una sensación de nerviosismo por parte del músico nacional. Nano Stern estaba realizando una de las presentaciones más masivas, en cuanto a su carrera en Chile se refiere. Era la graduación de un músico nacional, quien hace cinco meses tocaba en el íntimo Espacio Cal, y que ahora veía como la familia seguidora de su carrera había crecido de una forma exponencial en cortos tres años.
Con el término de Desde muy Lejos, los nervios se extinguieron y la sinergia entre el artista y los asistentes se dejó sentir por completo a lo largo de toda la presentación. Todos coreaban las canciones de Stern, al mismo tiempo que se dejaban cautivar por sus perfectas ejecuciones musicales.
A pesar del gran número de asistentes, que incluso, en algún momento, sorprendió al propio Nano Stern, la sensación de cercanía con el músico nunca dejó de sentirse. Es cierto, estábamos ante la presentación de un disco del que poco se sabía, no obstante, por alguna inexplicable razón, cada canción de esta nueva producción, parecía cercana y familiar.
Fuimos testigos de la grabación del primer DVD en la carrera de Stern, sin embargo, los formatos propios de estas ocasiones, nunca fueron sentidos. Las sorpresas no fueron efectos luminosos ni pantallas gigantes. En su lugar, el artista nos sorprendió con dos niñas que subieron al escenario para cantar la tradicional canción de los elefantes y las arañas, fuente de inspiración para la nueva composición de SternTeje que Teje.
A pesar de que el programa del recital estaba delineado con el objetivo de presentar Los Espejos y grabar el DVD, Nano Stern demostró que los encasillamientos nunca han formado parte de su repertorio. El músico dedicó un tema a Manuel García, quien en los últimos pasajes del concierto subió para interpretar junto a Stern, Samba Lando, cantó Florecer en conjunto con la autora de este tema, Claudia Stern, preguntó al público que querían escuchar, y por último manifestó su descontento con la división del precio de las entradas, lo que causó un aplauso cerrado entre los asistentes.
Así fue la presentación de Nano Stern en el Teatro Oriente; un recital que el público no dejaba terminar, una cita cargada de emotividad, cercanía y sensibilidad. En definitiva, Nano Stern nos dejó en claro que a través de la sencillez y la sensibilidad se pueden lograr cosas que ningún artilugio pirotécnico sería capaz de emular.