Foto por Felipe Fontecilla
Otro 27 de febrero histórico, esta vez sin movimientos telúricos, era lo que auguraba la visita de LCD Soundsystem. Debut y despedida en Chile de un proyecto que el 2 de abril, en el Madison Square Garden de Nueva York, dará el último concierto de su carrera. Una década alimentada por James Murphy como ícono de la electrónica y del pulso de la Gran Manzana.
A través de su trabajo como fundador del sello DFA, músico y productor, el estadounidense abasteció pistas de baile de todo el orbe entre 2001 y 2011. Diez años en los que sus servicios fueron requeridos por personajes tan dispares como Britney Spears y Arcade Fire, hasta que tanta notoriedad terminó por cansarlo y hacerlo anunciar la disolución de la banda.
Con detalles de sobra para construir una gran historia de rocanrol y terminar convertido en mito, James Murphy subió al escenario del Teatro Caupolicán, cuando el resto de sus acompañantes ya estaban situados en la tarima. La salida del vocalista fue la coronación de un dream team cuya estancia, por sí sola, podía ser sinónimo de fiesta.
Enumerar al grupo y sus credenciales deja sin aliento, pero es un ejercicio necesario. Los músicos presentes eran Al Doyle (Hot Chip) en guitarra, bajo, teclado y percusión; Pat Mahoney (ex Les Savy Fav) en batería; Nancy Whang (The Juan MacLean) en teclados y coros; Tyler Pope (!!!) en bajo, teclados y guitarra, y Gavin Russom en coros y teclados (instrumento que diseña para UNKLE y el propio Murphy).
Semejante formación no podía hacer más que fulminar al público, que no alcanzó a llenar el recinto de San Diego, aunque sí resultó suficiente para que la parte inferior del teatro se convirtiera en una caldera bailable. Arriba, unos pocos espectadores (sólo había distinción entre palco y general) miraban desde las gradas cómo Murphy, el alquimista, convertía en oro su mezcla de Talking Heads, electropop y post-punk de galpón.
Con su concierto en nuestro país y la jineta de capitán en el brazo, LCD Soundsystem ocupó el puesto (vacío hasta ahora en Chile) de la mesa en la que también se sentaron visitas anteriores como Cut Copy, The Rapture, Klaxons y Hot Chip: la silla del padre.
La noche del 27 de febrero nos dio más de lo que podíamos pedir. Dos alusiones a Daft Punk (una remozada ‘Daft Punk is Playing at My House’ y la breve interpolación del single de los franceses, ‘Da Funk’); poderío explosivo (‘Dance Yrself Clean’), singles (‘Drunk Girls’, ‘I Can Change’) y la emoción del cierre con una inmensa ‘New York, I Love You but You’re Bringing Me Down’ y el vocalista convertido en un crooner de primera línea.
Aunque hubo menciones al término del grupo y a que su tiempo de vida corre en cuenta regresiva, LCD Soundsystem bajó del escenario rápidamente, sin lágrimas de cocodrilo o largas despedidas de cara al público. James Murphy se fue de la misma forma en que llegó: mirando siempre hacia adelante. Tal como los héroes construyen la historia.