Domingo, 17:45, Claro/LG Stage
Una leyenda llegó a imponer rock a la tarde del Parque O’Higgins cuando Joan Jett subió a escena acompañada por The Blackhearts, ante la expectación generalizada de miles de personas. Los avezados, esperando ver qué recovecos de su discografía mostraría en vivo. Los fans casuales, ansiosos por los singles más conocidos. Aquellos que no la conocían (de nombre, al menos), curiosos por saber de qué iba el asunto. Y todos saltando al unísono con el comienzo de ‘Bad Reputation’.
Fue poco más de una hora de un show con altos y bajos. Tal vez no fue la mejor decisión mostrar tres temas nuevos en medio del set (‘T.M.I.’, ‘Hard To Grow Up’ y ‘Reality Mentality’) ante un público al que era necesario enganchar entre medio de los hits que más estaban esperando: ‘Cherry Bomb’, ‘I Hate Myself for Loving You’ y, por supuesto, ‘I Love Rock and Roll’. Falto de dinamismo a rato, pero siempre con actitud, lo de Jett y compañía fue una correcta exhibición de rocanrol a la que no le alcanzó para ser la clase magistral que algunos esperaban.