El hijo prodigo de Sheffield
Fotos por Jacquie Fonseca
Cuando se me encomendó la tarea de hacer esta reseña, me encontré en el dilema que supone conocer muchísimo al caballero en cuestión y, a la vez, intentar ser objetivo a la hora de criticar el concierto. Sin embargo esta situación no me permite dudar al decir que la presentación, en su generalidad, fue excelente. A pesar de esa eterna hora de retraso (a causa de la iluminación), Jarvis Cocker demostró porque “es” el showman que todos reconocen.
Si bien rondaban las dudas respecto a si podría sostener un setlist solo con temas de su primer disco ‘Jarvis’ (2006, Rough Trade), en el cual no se vislumbran tantas canciones de fácil empatía para con las masas, quedó en claro que esto eran solo supuestos. Ya que, para pena de muchos, no recurrió al viejo truco de la nostalgia -tocar temas de su antigua y primera banda, Pulp-, sino a mostrar sus propias canciones con las cuales se metió fácilmente todo el teatro en el bolsillo.
Todo parte con una estruendosa y potente Fat Children, donde dejó en claro quien comandaba ese escenario. Al término de este, comenzó su diálogo entre canción y canción, donde exponía su hermosa forma de ironizar y trataba –con modestia- de hablar en español, utilizando solo jerga chilena, prácticamente la base humorística en toda su presentación.
Dentro del setlist presentó un tema inédito llamado Girls Like It Too, que fácilmente cumplió con las expectativas de los fans presentes. Pero los momentos perfectos fueron otros: El primero con I Will Kill Again, donde su ese melodrama tan único y exquisito caló hasta el fondo en muchas personas, privándolas del habla con el correr de la canción, y luego con Black Magic, donde su histrionismo llego al tope quedando su humanidad entera sobre el suelo.
En el final falso del concierto se retira diciendo “Chao Pescao” con su canción -anti Live-8- Running The World, dejando la sensación de que algo faltaba. Y el fervor de muchos vuelve en el único bis de la noche, con el cual realmente finaliza y de forma impresionante, adueñándose de la canción Starman del duque blanco. Un momento en el que a más de alguno se le debe haber puesto la piel de gallina y los ojos llorosos, dejando a varios sin habla y con la garganta anudada después de acabado el show.
Impresionante y memorable concierto, una puesta en escena delicada y perfecta a cargo de un Jarvis estrambótico y de excelente humor, una banda de apoyo más que profesional –que incluye al ex bajista de Pulp, Steve Mackey- que coordinaban sus ritmos con el clásico baile gutural del Sr Cocker.
Jarvis vino e hizo lo que mejor sabe, ser un showman de pies a cabeza, sacarse el sombrero y transformar el escenario en su pista de baile, una pista de baile donde se mueve el desamor, la pasión, el sexo y su música.
Vídeo: Jarvis Cocker – I Will Kill Again (Teatro Caupolicán, Santiago de Chile 15.03.2008) [thx PlasticLove]