Domingo, 17:30, Alternative Stage
El escenario les quedó chico a los Illya Kuryaki and the Valderramas. La explanada del Parque O’Higgins era el lugar, merecían un tablado más grande. Consideremos la expectación generada tras el anuncio de reunión de la dupla Spinetta-Horvilleur y la explicación se da por sí sola. Para muchos se trató de la reconciliación con un repertorio que hizo mella en el público local hace un buen puñado de años, y que recién ahora tuvieron la oportunidad de presenciar. Por lo mismo, la propuesta no podía ser otra que la de un frontón de éxitos, a prueba de festivales, un despliegue de sus más nobles cartas reinterpretadas con soltura y precisión.
A excepción de ‘Abismo’ nadie acusó la falta de algo significante. El resto es puro funk, sudor y excesos de estilo (‘Coolo’, ‘Latin Geisha’, ‘Chaco’, ‘Jugo’). Un tanto deslavado resultó, eso sí, el final de la presentación a cargo de ‘Abarajame’ en la que el Cypress Hill Eric Bobo colaboró en percusiones. Faltó más furia shaolin y sobraron bongós, detalle menor en todo caso, al lado de todo lo visto.