Fue una fecha difícil, tanto por el fuerte temporal que comenzaba a azotar a la capital, como por los problemas al ingreso, pasada la medianoche, producto del exigente sold out que convocó el alemán Dixon, pero contra viento y marea se vivió una gran jornada en las ya clásicas fiestas Sundeck y en una locación que no tiene nada que envidiarle a la escena europea.
Todo se cocinó a fuego lento, tanto por el set que otorgó el nacional Umho, así como por el lento ingreso de los asistentes al exclusivo Club de la Unión. Lo hecho por José Luis Órdenes, nombre real del dj, sirvió como la perfecta música incidental para recorrer un lugar con más de cien años de tradición y de una hermosa arquitectura. Bailar en un salón desierto era la ley que imperaba hasta pasada la medianoche, cuando el contingente de asistentes era cada vez más notorio, al igual que la implacable lluvia que ya caía copiosamente en toda la Región Metropolitana.
Eran cerca de la una de la madrugada cuando el Club de la Unión estalló. El anunciado sold out se hizo presente, con un salón repleto bailando el house de Umho y con un buen número de gente, con entrada en mano, apostados en la reja intentando ingresar al club. Con el ambiente más que caldeado, el alemán Dixon se colocó tras las tornamesas para brindar una velada de ensueño y que se extendió hasta altas horas de la noche.
El calor fue un elemento constante durante la noche dentro del Club, pero que fue aplacado gracias a las frías Heineken que habían a disposición. Un oasis candente en medio del frío que reinaba en las afueras de la elegante locación. La pista de baile fue una caldera en todo momento, con beats que pasaban desde el house, acid, hasta el techno de factura más contemporánea. No por nada Dixon fue durante tres años consecutivos el mejor dj del planeta, elegido por la prestigiosa Resident Advisor.
A pesar que por algunos momentos el sonido no dio el ancho, pero en lo más mínimo, el extended set que brindó Dixon no dio tregua en ningún minuto, siendo apto solo para valientes, y con una locación que estuvo a la altura de las mejores salas de electrónica del mundo. Una fecha Sundeck que tuvo los ingredientes precisos para estar, sin contratiempos, dentro de lo mejor del año.