Caminar hacia el Coca Cola Stage durante la tarde del sábado a eso de las 17.30 horas parecía un lejano recuerdo, pero uno que perdió la energía en el camino. Las dos pantallas gigantes posicionadas en cada extremo del escenario lanzaban la imagen que anunciaba el retorno de Foster The People al mismo lugar que hace tres años.
‘Pseudologia Fantastica’, perteneciente al disco del 2014, Supermodel, al parecer no contribuyó mucho a la difícil tarea que significaba el sol a esa hora de la tarde, mucho menos para aquellos que se mostraban impacientes por escuchar los hits del LP debut de la agrupación, Torches, que durante el 2011 tuvo éxito de difusión.
Aquella impaciencia fue calmada con ‘Houdini’, ‘Life on the Nickel’, y ‘Waste’, que por 20 minutos revivieron la sensación de estar otra vez en esa misma elipse en uno de los momentos del 2012 que se catalogó como una sorpresa, por esos días en los que el trío llegaba como una banda de un hit pero que supo dejar en claro, que su disco en totalidad daba el peso para, al menos, hacer un espectáculo divertido.
De ahí en adelante todo fue un mix entre lo nuevo y lo viejo, donde la alternancia de canciones como ‘Helena Beat’, ‘Coming of Age’, ‘A Beginner’s Guide to Destroying the Moon’, y ‘Call it What You Want’ no permitía la conexión entre quienes no tenían mucha cercanía con las nuevas aventuras musicales de la banda. De todas formas, la masa fiel posicionada en los sectores más cercanos al escenario, parecía satisfecha con el paso por la novedad y el retorno a aquellas canciones con las que conocieron a Mark Foster y compañía.
No fue hasta la decimotercera canción, ‘Miss You’, que Foster The People logró ese espíritu estival de baile y colores, que lentamente empezaba a mostrarse al presentir la llegada del hit supremo ‘Pumped Up Kids’, el gran caballo de batalla que esta vez no llegó en versión de remix electrónico, como en la edición pasada en la que participaron, sino que se mantuvo en su línea original, dejando nuevamente esa sensación de que la energía que los músicos nos trajeron alguna vez, aparecía sólo de vez en cuando.
Aún cuando ambas presentaciones no logran muchos puntos en común, la elección de cierre, ‘Don’t Stop’, hizó lo mismo que la primera vez y logró obviar por un par de minutos el calor, entregando la chispa que tanto destaca a la polifacética banda, que ya comenzaba a despedir un espectáculo que a ratos mostró poco cuidado en su sonido, arriesgando la técnica y la limpieza de su trabajo.