A las 21:20 de la noche el Teatro Oriente comenzaba a llegar al máximo de su capacidad, en el escenario sólo había un pedestal para guitarra y otro para el micrófono, la pregunta que se hacían buena parte de los presentes era si pondrían algo más (banda) o cantaría en solitario. Éstas son sólo algunas muestras de la gran expectación que generaba la omnipresencia del irlandés.
Llegó la hora fijada en la entrada (21:30) y nada, poco después entró la guitarra y la “Cachantun Sin Gas”… Y cuando faltaban menos de 10 minutos para las 22 horas, apareció (por fin) sobre el escenario un tipo de estatura media (media baja si se quiere), algo hippiento y desgarbado.
Abrió los fuegos con un primer tema que no pareció muy familiar para la mayoría de los asistentes (Insane). Luego, comenzó Older Chests. Hasta ahí me parecía un artista más, supuse que sería algo frío y con poca interacción con el público, mas sin descuidar la interpretación musical. Mi percepción comenzó a cambiar cuando ocurrió el impasse con la máquina de humo o el “psss” de la serpiente (los asistentes entenderán, los demás preguntan). De ahí en más, el señor Rice se mostró parlanchín y, aprovechando el hecho de estar sin banda, se podía tomar libertades como el parar las canciones cuando quería y retomarlas, o simplemente empezar de nuevo.
Pidiendo en varias ocasiones que bajaran la intensidad de las luces, ya fuese para dar un ambiente más romántico o en otras por un mero capricho, el encargado de la iluminación al parecer poco y nada entendía de inglés, o era un tanto sordo. Pasadas las primeras 7 canciones, don Damien, un poco chato de tanto flash y lucecitas, pidió que apagarán todas las cámaras para una canción: Coconut Skins. La petición se repetiría en un par de veces más, pero sin la misma insistencia ni resultado.
Uno de los momentos más especiales de la noche se vivió durante la interpretación de Volcano, donde luego de una primera parte como el resto de las canciones (Damien Rice con su guitarra emocionando a su siempre atento público) vino un quiebre al invitar al escenario a toda la gente sin cámara que quisiera aparecer en una supuesta película que dijo iba a hacer. Jugó con el público para terminar la canción y luego todo el mundo de vuelta a sus asientos, aunque varios se quedaron sentados en los pasillos.
La pregunta clásica de: ¿Qué canción quieren que toque? Fue frecuente después de la hora y veinte de concierto, aun cuando iba a tocar lo que ya tenía presupuestado.
Luego de una fantástica Rootless Tree, vino una íntima interpretación de The Blower’s Daughter con las cajas de sonido apagadas y la mínima iluminación, provocando que el público escuchara en el más absoluto silencio la balada que a tantos enamoró.
Dejando la guitarra en el piso, abandonó el escenario. Luego de un par de minutos vuelve a ingresar para deleitar a sus fanáticos con una de los temas más pedidos de la noche Cannonball.
Acercándose a las 2 horas de concierto, llegó Delicate, para dar paso al gran final, en donde se hizo presente su majestad: el Vino Tinto (Casillero del Diablo); dos botellas que acompañadas por una pareja del público (escogida al azar), ayudaron a la recreación de una historia que terminaría con una freak interpretación de Cheers Darlin que concluyó con un Rice orinando (sólo el gesto técnico) al hombre del público que se encontraba sobre el escenario. Esta última pieza fue la única tocada con música “envasada” (un i-pod para ser exactos).
Más de 2 horas 20 de espectáculo y la ovación no se dejó esperar, 16 canciones que mantuvieron la atención del teatro en todo momento.
Si bien algunos minutos de los tantos que usó hablando los pudo haber ocupado en cantar otra canción, la sensación de los que estuvimos ahí fue de gran satisfacción y esperamos que cumpla la promesa de regresar.
El show ofrecido por Damien Rice la noche del miércoles, sin duda que no se olvidará fácilmente. Muy cercano a su público, logró llenar con nada más que su guitarra, voz y simpatía el escenario del Teatro Oriente y cumplir las expectativas de los presentes. A pesar que pudieron haber faltado canciones como Cold Water (y en lo personal Me, My Yoke and I), el europeo supo hacer un excelente trabajo sin tener un gran repertorio.
Setlist:
Insane
Older Chest
The Professor
9 Crimes
Eskimo
Elephant
Amie
Coconut Skins
Volcano
I Remember
Rootless Tree
The Blower’s Daughter
Cannonball
Accidental Babies
Delicate
Cheers Darlin