Increíble cómo el tiempo transcurre. Este fin de semana celebramos la quinta edición de una inciativa que fue creada con la ambición centrada en mostrar bandas, compartir música, sensaciones e ideas.
Realizada en dos días, sin duda alguna que la mayor parte de la atención se la llevó la presentación en nuestro país, después de un par de temporadas, de Familea Miranda. Sin embargo, también hubo en suculento cóctel de sonidos que a nadie dejó indiferentes.
Tras la sesión del viernes en el Normandie, el plato cambiaba de ingredientes y de plato, pues la acción se movilizaba al Centro Arte Alameda; dónde sólo repetiría escena la banda comandada por Katafú.
La performance de Miss Garrison es una sorpresa en toda regla, porque una cosa es escuchar sus discos, y lo otro es presenciarlos sobre el escenario, donde se transforma en un verdadero deleite, porque muy pocas personas se imaginarían que la bestia incontenible que se puede escuchar en sus canciones es una diminuta jovencita que se adueña del escenario y de cuanta cosa encuentre con total desparpajo. Ya sea con el micrófono o en la batería, Fran Straube demuestra el potencial idóneo de toda una líder. Tras ellos, llegó el turno de Watch Out!, que inundó de guitarras asesinas el recinto. Hay una palabra, se llama actitud, y ellos la ocupan con una experticia de veteranos, a pesar de que apenas sobrepasan los tres años de formación.
Los platos fuertes de la jornada eran Leo Quinteros y Familea Miranda. Estos últimos, que habían cerrado la noche anterior, tenían un doble motivo para estar en nuestro país. Una nueva placa (“Dramones”), recién salido del horno; y una nueva camada de seguidores que refuerzan el vínculo con su patria natal, a pesar de estar casi un lustro radicados en Barcelona, España. Katafú y los suyos pertenecen a ese tipo de agrupaciones que alcanzan la merecida notoriedad en su tierra una vez que dejan de pertenecer a ella. Dueños de un trabajo bastante alejado de los cánones radiales, se las han arreglado para hacer de cada concierto una verdadera experiencia sonórica, donde cada elemento es puesto a disposición del grupo. Donde otros artistas vislumbran un evidente error, Familea Miranda notan una nueva oportunidad de crecimiento en su cruzada musical, donde los dividendos son abiertamente más positivos.
Con Leo Quinteros llegó el fin del concierto, más no de la fiesta. El oriundo de Arica está en plena promoción de su nueva cría, “Los Días Santos”, que ha sido altamente aclamado. Con un look rockero, Quinteros dió rienda suelta a su años de circo con un set que dejó amplias sonrisas y enormes esperanzas acerca del panorama musical independiente.
Su primer lustro cumplió Circus Rock. Los resultados han sido muy satisfactorios para todo el mundo. Como un niño que aprende a crecer y a formar sus propias armas para desenvolverse en el mundo, el evento lentamente se va encaminado a erigirse como un referente, una plataforma para bandas nacionales que necesiten un medio donde dar a conocer sus creaciones y sus intenciones. Felicidades.
Fotografía de Nicole L’Huillier