Txt por Rodrigo Ferrari – Jpg por Felipe Fontecilla
Advertí que sería difícil describir la notable presentación de la banda neoyorkina Animal Collective en Industria Cultural.
Una nada despreciable cantidad de asistentes -que afortunadamente hace pensar que cosas como éstas se van a repetir- esperaron largo rato la entreda en escena de Montaña Extendida, quien su propuesta electrónica experimental, logró conectarse con un público que, a esas alturas, esperaba impaciente el plato fuerte de la noche.
Finalmente llegó el momento de ver una de las buenas presentaciones del año. Todo lo que se pueda decir para intentar clasificar lo que Animal Collective hace sobre el escenario, es en vano. Ellos simplemente experimentan, lo que acompañado de un excelente sonido, afortunadamente no termina por transformarse en estridencia intraducible. Hasta donde entiendo, la música logra meterse y lograr esa sensación de armonía cuando logra activar determinados receptores auditivos que desatan una serie de procesos químicos placenteros. Sí, esa fue una sanata de proporciones. Sin embargo dudo que la verdadera razón de lo que la armonía provoca en uno, esté lejos de aquella explicación.
Lo de ayer fue lo más parecido a un trance musical. La mezcla variopinta de sonidos y ritmos, sobre todo aquellos que impajaritablemente provenían del continente negro, hacían imposible no mover alguna parte del cuerpo al son de los tambores o los loops electrónicos. Finalmente, una fiesta a base de bits aparentemente cansinos, pero que no tardaban en transformarse en ritmos bailables de larga duración.
Un acierto de los organizadores, que vienen a mantener el nivel de la traída de Battles el año pasado, otro grupo que vino a poner a prueba la tolerancia y refinación del oído criollo, prueba que ayer practicamente todos los asistentes de la Industria Cultural pasamos con creces. Era sólo cosa de ver las caras felices y los comentarios que se repetían. Lo de ayer fue un golpe directo al estómago, que te tomó, te dio vuelta y te hizo bailar durante toda la presentación. ¿Cuánto rato fue? Ni idea, el tiempo se detuvo, anduvo para atrás y se pego un salto de vuelta a la realidad. El colectivo animal puede hacer esas cosas y si te lo perdiste, shame on you!
Rodrigo Ferrari
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